El mercado del congelado cerró el año 2012 con un incremento de la demanda del 1,1%, atribuible únicamente al crecimiento natural de la población, ya que el consumo medio por hogar se ha estancado en 52 kilos anuales. Así mismo, el gasto medio se ha reducido en siete euros, fijándose en 242 euros anuales por hogar. Esa reducción ha provocado una contracción de la facturación por consumo doméstico del –1,6%.
Aunque casi todos los hogares españoles compran productos congelados (pescados, verduras, carne y platos preparados), solo un 69% lo hace semanalmente y su consumo se sitúa por debajo de los alimentos frescos y refrigerados.
Fomentar una mayor frecuencia de consumo es, por tanto, uno de los retos a los que se enfrenta el sector. Y es que a pesar de que el 51% de las amas de casa opina que los productos congelados son tan buenos como los frescos, este porcentaje se ha ido reduciendo en los últimos años. Las marcas deberían, por tanto, trabajar para mejorara la percepción de sus productos, especialmente entre los hogares jóvenes, convenciendo a los consumidores sobre la calidad de los congelados.
Sobre este punto, el informe advierte que el sector tiene en su contra la baja tasa de innovación. De los lanzamientos clasificados como innovación en Gran Consumo por Kantar Worldpanel, menos del 1% corresponde a la categoría de productos congelados.