Claro que poco después del comienzo del 2010 se puso un publirreportaje de turismo de Canarias para dar paso a las campanadas de fin de año desde las islas. El caso es que ya se sabe que el product placement suele depender más de la productora que realiza el programa que de la cadena que lo emite, pero nada de eso es argumento ante la imprescindible necesidad de facturar de los socios de Uteca. Llegaría al absurdo de tener que censurar las películas de Hollywood para que no saliesen las marcas cada vez más presentes. O, peor aún, que en un nuevo programa que se está preparando y que repasará la historia de la publicidad con spots antiguos se censuren todas las marcas de los anuncios que aparezcan, según ha salido publicado en algún medio. Vamos, la historia de la publicidad, pero sin publicidad. Anuncios sin marcas, como si le quitamos el final a todas las películas ¿Exigirá también Uteca tapar los carteles de publicidad estática en los acontecimientos deportivos? ¿Las marcas patrocinadoras de los equipos ciclistas, de fútbol y de todos los deportes? El reino absoluto del lo irracional. Otra cosa sería se TVE cobrase por estas emisiones, pero que se sepa no es así, sino que debe pagar por ellas.
Infalibles. “Yo no soy infalible, mi barra de labios lo es por mí”. ¡Toma ya! Quizás sea verdad esa leyenda urbana de que en épocas de crisis aumentan las ventas de barras de labios, y mientras se descubren los pufos de grandes bancos y agencias de inversión y países enteros van a la quiebra, resulta que la solución está en las barras de labios que anuncian por televisión. Sinceramente, con el impacto de la frase ni me quedé con el nombre de la marca.
La alegría del FIAP. En medio de la tormenta y las nubes de cenizas, llega la lluvia primaveral de premios que cada año trae el FIAP, ese festival que posiblemente tiene el récord de trofeos repartidos, hasta el punto que a veces resulta difícil hasta saber cuántos ganan en total las agencias españolas. Aunque en esta ocasión no parece haber grandes premios, la cosecha no está mal.
El brazo a torcer. Mientras tanto, El Sol otorga el título de mejor spot de sus 25 años al brazo de BMW, según una votación realizada por periodistas de medios de todo tipo. Nada que objetar, si así lo decidió la organización, y por otra parte el resultado puede verse bastante justo, considerando que es una de las campañas que más impacto han tenido y más tendencia ha marcado en la reciente publicidad española. Era muy complicado que en la votación saliese algún spot de los más antiguos, ¿quién premiaría hoy a La Casera, que tanta importancia y éxito tuvo en los ochenta? Eso sí, reconforta saber que Patxi queda en un honroso segundo puesto.
AEMI, con AEACP. Por una vez en España, se toman decisiones para agrupar en vez de disgregar, con la incorporación de AEMI en la AEACP. Creo que puede ser positivo para ambas partes, porque el asociacionismo en bueno en general, pero en España pecamos de exceso de asociaciones, y no estoy diciendo que sobre ninguna en concreto.
La venta de Olivetto. Hubo un tiempo lejano en que Washington Olivetto quiso conquistar el mundo y crear la primera multinacional brasileña. Llegó a desembarcar en España, como puerta hacia Europa. Ahora se ha ligado a McCann Erickson, a la que le viene bien como cabeza de puente en América Latina. Y es que ser independiente de los grandes grupos es misión casi imposible.
Aviso a navegantes. Los grandes anunciantes de los EE. UU. siguen recortando sus presupuestos en marketing y comunicación. Los brotes verdes parece que tardarán todavía un tiempo.
Don Simón vence a Granini. Y acabamos con la competencia: Don Simón vence a una gran marca, Granini, en esa lucha que lleva desde hace años la empresa familiar con las grandes compañías. Autocontrol ha declarado nada menos que publicidad engañosa la campaña de Granini. Y es que a veces las batallas también se ganan en los despachos.