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La censura sobrevive. En España no existe un organismo así, pero el del Reino Unido a veces se parece a

La censura sobrevive. En España no existe un organismo así, pero el del Reino Unido a veces se parece a la censura más inverosímil. Resulta que el cartel de una película de las denominadas de acción, nombre políticamente correcto para hablar de violencia, tiros, explosiones y todo tipo de desastres que suelen arreglar los valerosos protagonistas, ha sido retirado por “identificar la violencia con el glamour”. Claro, si la luchadora es Angelina Jolie, el glamour se le supone, y en cuanto a la violencia, posiblemente es el principal argumento de la película.

Su publicity, gracias. Como en otros casos, la censura se convierte en una enorme campaña gratuita en medios de todo el mundo, que reproducen la prohibición y el cartel proscrito. Si no fuera por que suele ser difícil adivinar los pensamientos de los censores, las agencias inglesas seguro que están dándole vueltas a como conseguir que su dictamen negativo, pues resulta realmente rentable.

La crisis vende. Metidos de lleno en la que algunos llaman desaceleración económica, todavía no hay muchos anunciantes que la vean como oportunidad, esa lectura de la palabra crisis que dicen tener en el extremo oriente. Aparte de los hard discount, uno de los pocos ejemplos que recuerdo es el de Don Simón asegurando que se ahorra al comprar sus zumos de naranja, más baratos que la fruta fresca y exprimirlos en casa.

Promociones frente a creatividad. Lo evidente es que nos vienen tiempos de promociones, y espero que no sean sinónimo de mala creatividad, algo habitual por desgracia. Como si fuera inevitable que cuando se trata de vender poco importa el anuncio que se haga.

¿Quién dijo crisis? Claro que para algunos no debe existir la palabra crisis, si existen clientes reales para el perfume que lanza Ralph Lauren, dirigido a mujeres de unos 25 años con alto poder adquisitivo (sobra la aclaración), que cuesta 2.000 libras, más de 2.500 euros. Es como las secciones de tendencias de todas las revistas y suplementos dominicales, que parecen hechas para todos los que encienden cigarrillos con billetes de 100 euros.

Vanidad, vanidad. Bueno, hablando de oportunidad, Vanity Fair tiene el valor de lanzar su edición hispana en un momento como poco complicado para los medios. Esperemos que tenga suerte, como todas las iniciativas que supongan enriquecer el panorama mediático.

La guerra sigue. Mientras tanto, se renueva la guerra del fútbol entre Prisa y La Sexta, aunque sea a través de otras empresas. El jaleo jurídico que lleva meses despistando a los espectadores y provocando serios problemas a Sogecable lleva camino de ser el culebrón eterno que sólo finalizará el próximo año, cuando al parecer la Sexta tendrá los derechos de los clubes de fútbol.

Es cosa de hombres. Desde el famoso eslogan de Soberano que rechazaba de plano a todas las mujeres como consumidoras, y el Lo mejor para el hombre de Gillette, pocas marcas se habían atrevido a mostrarse tan exclusivas como Axe. Unilever fue capaz de ligarse a la creciente tendencia a cuidarse el cuerpo entre los hombres, y atacó por el flanco más complicado, los jóvenes. Su indudable éxito debe muchísimo a la publicidad, que creativamente sigue dando muestras de ser capaz de reinventarse continuamente sin repetirse.

Concentraciones. WPP sigue decidida a crecer en el sector de la investigación con la compra de TNS. Beam Global se alía mundialmente con Edrington para comercializar sus marcas de bebidas espirituosas. Y seguro que el proceso global de concentración seguirá dando noticias semanales, quizás incluso aumentadas en tiempos de crisis.

Fernando Montañés
fmontanes@ipmark.com