Vuelve el jingle. Muy ligado a lo anterior: ¿esto de la crisis se arregla creativamente con jingles y cancioncitas publicitarias? Porque la sobreabundancia de musicales cutres que se ven en la tele últimamente empieza a ser preocupante. Nunca una moda publicitaria se había impuesto tan rápida y masivamente, al menos que recuerde. Y lo peor, es que en lo que yo he visto no se salva ni un spot, que parecen competir a más chorra y tontorrón.
Festivales que bajan ¿o suben? La bajada de inscripciones en los festivales publicitarios es realmente preocupante… para el negocio de los organizadores. Y como en tantas empresas, la primera medida es recortar gastos de donde sea. Si realmente el criterio de las agencias es ser más selectivos a la hora de gastar dinero en inscribir, y dejarse de truchos y chorradas cazapremios, incluso el tema podría ser positivo para el futuro, y empezar a ganar credibilidad. Pero ni siquiera eso está asegurado.
La gresca del CdeC. Resulta que el presidente saliente de una asociación profesional protesta enérgicamente por la peculiar forma de resolver un concurso que tiene un organismo de la administración. Lo que yo interpreté como una defensa a los suspensos generalizados y posiblemente poco justificados, resulta que los únicos aprobados se lo toman como un ataque empresarial a su agencia, y deciden borrarse del club. No hace tanto se produjo la salida de la AEAP de McCann, aunque en ese caso se trataba de un debate claramente empresarial. La diferencia es que ahora parece mezclarse la profesión con la empresa. Claro que en publicidad muchas veces han estado y están totalmente entremezclados, pero solía ocurrir cuando las empresas eran personales, y no cuando unos y otros trabajan para los grandes grupos multinacionales. En una época en que debía brillar la solidaridad y el trabajo conjunto, parece que en este sector cada día es más difícil ponerse de acuerdo para nada.
Es el contenido, no el continente. Una de las mejores reflexiones que he leído últimamente sobre la crisis de la prensa y medios escritos: Lo importante no está en el continente, sino en el contenido. Y si los contenidos son realmente atractivos para los consumidores, la publicidad seguirá estando en esos medios, sean en papel, digitales o de lo que sea que pueda venir en el futuro. Pero si la opción es abaratar costes echando gente a patadas, lo que inevitablemente repercutirá en el producto, no creo que la cosa pinte muy bien, y sólo puede agravarse el problema.
Queremos anuncios. Y con todo lo que está cayendo, cuando resulta que a una tele deciden quitarle la publicidad, van los anunciantes y protestan. ¿Temen que un 25% de la audiencia prefiera ver TVE sin anuncios? ¿Y justo cuando la oferta se multiplica de hecho, con la implantación generalizada de la TDT? Lo que está claro es que los ingresos que no obtenga TVE con la publicidad seguirán saliendo de los españoles, vía impuestos o repercutiendo lo que tengan que pagar las privadas y las telefónicas. Y lo que está igualmente muy claro es que la medida parece, cuanto menos, precipitada.
Las productoras se quejan. Jornadas sobre Producción Publicitaria en la Facultad de CCII de Universidad Complutense, organizadas por el profesor Juan Marcos Recio. Las productoras se quejan de ser las más perjudicadas de la actual situación. Aunque también presumieron de ser capaces de hacer maravillas con presupuestos ridículos. Claro, no es de extrañar que luego agencias y anunciante exijan esas maravillas… aunque no haya ni un euro.
Larga vida a la Academia. Antes me quejé de la enorme dificultad de poner de acuerdo a los profesionales del sector para hacer cualquier cosa. Por eso tiene más mérito la labor altruista y voluntaria de los promotores de la Academia de la Publicidad, ya presentada oficialmente, y de la que pronto espero que empiece a reflejarse en el sector.