El colectivo Sincierre, hartos de la becariedad laboral y de las condiciones que la mayoría de jóvenes basan su experiencia laboral en contratos de prácticas, quieren denunciar la situación y mostrar su disconformidad con una acción que demostrase esa cualidad que buscan en las empresas: el hambre que pasan los becarios.
El pasado cinco de febrero el colectivo Sincierre organizó en Madrid el primer comedor social para becarios. En él se invitaron a jóvenes y no tan jóvenes a comer un plato de la receta estrella de todo becario y protestar contra las condiciones laborales de los que llevan demasiado tiempo empezando.
«Llegados a este punto, sabemos que está feo pedir. Pero más feo está tener que trabajar durante más de un año a jornada completa por 0€ al mes«, comentan varios asistentes del comedor social.
La acción consistió también en una recogida de alimentos y una pegada de carteles organizada por el colectivo con anterioridad. También se han compartido varias frases que han tenido bastante éxito por las redes y, contra todo pronóstico, también en LinkedIn, donde 600 personas reaccionaron a la publicación.