
La hipersexualización de las modelos femeninas en las campañas publicitarias incentivaría la competencia intrasexual entre las consumidoras así como patrones de agresión indirecta como el bullying, el slut-shaming (tildar de prostituta a una mujer) o el fat-shaming (avergonzarla por su peso).
Es una advertencia que lanza una nueva línea de investigación liderada por los profesores Sylvie Borau y Jean-François Bonnefonde (Toulouse Business School y de Toulouse School of Economics, respectivamente), que apunta a una correlación entre los anuncios publicitarios que presentan modelos provocadoras y las conductas agresivas entre mujeres.
Según estos investigadores, las modelos sexualmente provocativas son percibidas como rivales sexuales por las consumidoras, despertando sentimientos y comportamientos normalmente dirigidos hacia rivales reales, como los celos de pareja, observaciones peyorativas y rechazo.

El estudio también analiza las implicaciones éticas de estos hallazgos y propone soluciones para mitigar el impacto de la provocación sexual en las campañas publicitarias. «Las organizaciones defensoras de los consumidores, los observadores de medios de comunicación y los ciudadanos involucrados en estos temas tienen un papel muy importante que desempeñar tanto para aumentar la conciencia pública como para empujar a las empresas a mantener prácticas responsables”, concluye la profesora.
Nuevos efectos adversos de la publicidad en la psique femenina, que vendrían a sumarse a los ya ampliamente analizados como la ansiedad o los trastornos alimentarios que la idealización corpórea de las modelos publicitarias provocan en algunas mujeres.