El branding, por su propia definición; el packaging, como consecuencia, y el trade marketing y la PLV son instrumentos marquistas per se, que tratan o bien de construir y fortalecer la marca o bien de defenderla de las demás en el punto de venta, incluidas las de la Distribución, que siguen ganando cuota de mercado. Las tres actividades se hallan interconectados, pese a que no lo parezca en ocasiones.
No se trata de enfoques, técnicas o funciones rabiosamente novedosos, pero sí importantes, muy importantes, para la marca, su posicionamiento y el comportamiento de la misma a la hora de la verdad en el punto de venta, donde se impone una colaboración estrecha entre fabricante y distribuidor para la buena marcha. Ahí es donde juega su papel el trade marketing.
¿Cómo hacerlo? ¿Cuáles son las tendencias de cara al futuro? Lo pueden ver en páginas interiores.
OBSERVADOR