La consultora de branding ha realizado un trabajo que mantiene la esencia de la marca Banco Santander y sus principales activos pero reforzando los elementos relacionados con una nueva cultura corporativa focalizada en la estrategia digital. La entidad aspira a alcanzar la cifra de 30 millones de clientes digitales en 2018.
Fue la presidenta de Banco de Santander, AnaBotín, la encargada de presentar la nueva propuesta de branding de la entidad en su junta de accionistas. La nueva imagen de marca es «mas moderna y adecuada a los canales digitales y el móvil«, con el objetivo de transmitir mejor la ambición de la entidad por convertirse en una plataforma digital y abierta de servicios financieros.
El banco su nombre, la llama y el rojo corporativo, pero evoluciona hacia una tipografía única, propia y más estilizada. El fondo rojo se elimina, se utiliza un nuevo tono de rojo más brillante y más adaptado al entorno digital y se aumenta el uso del color blanco para aportar mayor transparencia, sencillez y visibilidad.
La llama, que evoca el descubrimiento del fuego como símbolo de progreso y representa pasión y cercanía, está presente en el logotipo del banco desde 1986 y fue concebida para un entorno analógico, para ser expuesta en sucursales y en papel. Ahora se ajusta la llama y la tipografía para mejorar su visibilidad en internet, transmitir mejor la transformación digital del banco y competir con las grandes marcas digitales globales.
«Evolución, no revolución»
La renovación del branding de Banco Santander se ha llevado a cabo después de analizar las opiniones de los empleados y los clientes en todos los países del grupo, recabadas a través de una encuesta. La conclusión de este proceso de escucha fue que la marca tenía que mantener su legado y esencia, pero necesitaba refrescarse. El banco apuesta, por tanto, “por una evolución, no por una revolución”, de manera que la nueva imagen ofrezca “una mejor versión de nosotros mismos”.
El cambio, que se implementará en todos los mercados, será progresivo y se iniciará en el ámbito digital (webs, aplicaciones móviles, redes sociales y cajeros), comunicación y publicidad. Luego se irá extendiendo a otros soportes en las sucursales, material de oficina y otros activos físicos, al ritmo que marque cada país.
“La marca Santander es una de las grandes fortalezas de nuestro banco, reconocida internacionalmente por la confianza y la credibilidad que transmite. Tenemos que cambiar e innovar. La marca debe evolucionar para acompañar nuestra transformación, hacerla más visible y transmitir mejor nuestra cultura. Esta nueva marca conecta mejor con la nuevas generaciones, es más moderna, y mejora un 20% la visibilidad en formato digital«, ha declarado Ana Botín, presidenta de Banco Santander.