Audi ha puesto 2025 como fecha límite para producir los últimos nuevos modelos de motor de combustión. Además, prevé ofrecer más de 20 vehículos completamente eléctricos alimentados por baterías. Esto supone una reducción en un 30% de la huella ecológica de su flota respecto a 2015.
Para el año 2050, la marca alemana de vehículos se ha propuesto el objetivo de emitir cero emisiones netas de carbono. Para lograrlo, ya están tomando medidas en la fase temprana de fabricación, donde una gran parte de las emisiones totales de carbono se encuentra en la cadena de suministro.
Las baterías de iones de litio de los coches eléctricos requieren una producción energética tan intensiva que, en esta fase, se producirá casi una cuarta parte de todas las emisiones de carbono por coche fabricado por la compañía. Desde 2018 se implantó el «Programa de CO2 en la cadena de suministro» para identificar los pasos necesarios que favorezcan la reducción de emisiones junto con sus proveedores.
Desde la compañía estiman que estas medidas estarán en pleno funcionamiento para 2025. Según los cálculos tanto de la empresa como de sus proveedores, habrá un ahorro potencial de una media de 1,2 toneladas de CO2 por coche. El año pasado, Audi ha podido evitar la emisión de 335.000 toneladas de CO2 relacionadas con su cadena de suministro.
Apuesta por la energía verde y el reciclaje
Audi produce las células de las baterías de alto voltaje con energía verde desde el primer modelo eléctrico de la marca. Asimismo, la compañía está comprometida con varias iniciativas y pertenece a la Global Battery Alliance, plataforma mundial sostenible, activa desde 2017 por iniciativa del Foro Económico Mundial.
La marca busca ser más sostenible a través de los materiales secundarios. Para ello, recuperan y devuelven los restos de aluminio de la planta de prensado al proveedor para que los procese y sean recuperados en formas de bobinas de aluminio, reduciendo la cantidad de aluminio primario necesario para la producción.
Además, la compañía de automoción emplea cada vez más componentes reciclados en sus vehículos. Un ejemplo de ello está en que unos 27 componentes del modelo Audi Q4 e-tron están fabricados con estos materiales. El revestimiento del suelo o la tapicería de los asientos se obtienen a partir de botellas PET recicladas, de tejidos antiguos o de fibras residuales.
Inteligencia Artificial para un suministro responsable
El Grupo Volkswagen ha esbozado sus requisitos de sostenibilidad para las empresas asociadas en su «Código de Conducta para Socios Comerciales». La compañía presta especial atención a cualquier indicio de violación del código, y realiza un seguimiento sistemático de los mismos. Sus directrices medioambientales, sociales y de cumplimiento constituyen la base de la colaboración y forman parte integrante del seguimiento.
La calificación de sostenibilidad («S rating«) de los proveedores es un criterio obligatorio para la adjudicación de contratos de Audi desde 2019. Este procedimiento es esencial para verificar si las empresas cumplen con los requisitos establecidos en el código, pues la automovilística sólo trabaja con compañías que superan esta auditoría.
La Inteligencia Artificial complementa la supervisión de la cadena de suministro desde octubre de 2020. En un proyecto piloto organizado en unos 150 países, los algoritmos inteligentes de Prewave (start-up austriaca) analizan los informaes sobre los proveedores a partir de los medios públicos disponibles online y las redes sociales.
Este análisis abarca presuntos riesgos para la sostenibilidad, como la contaminación ambiental, las violaciones de los derechos humanos y la corrupción. Cuando se localizan, la IA se activa y Audi puede responder a ella.
Fomentando las innovaciones sostenibles
La marca considera que las tecnologías innovadoras son la clave para llegar a un futuro sostenible. La Fundación Medioambiental Audi busca sensibilizar a personas de todas las edades respecto a la protección del medio ambiente y, con ello, hacer una contribución social a un futuro habitable. Los puntos centrales de su compromiso incluyen el apoyo a los Proyectos de Greenovación a través de la aplicación de nuevas tecnologías al tratamiento amigable de los recursos naturales.
Por ejemplo, la Fundación, junto con la Universidad Técnica de Berlín y otros socios, está desarrollando filtros para el drenaje de las calles. Con ellos se evita que las partículas de desgaste de los neumáticos y otras sustancias nocivas para el medio ambiente sean arrastradas a las alcantarillas junto con el agua de lluvia.