La Asociación Española de Startups ha instado al Gobierno en funciones a no aprobar el impuesto digital – también conocido como tasa Google- que había diseñado, y que se espere a la nueva fiscalidad que propone la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), norma que saldrá de un “consenso internacional”.
Después de que el pasado 9 de octubre la institución económica lanzara una propuesta para avanzar en la creación de una normativa fiscal internacional que se adaptara a la realidad de las empresas de tecnología, y que a mediados de mes el Gobierno afirmara su intención de adaptar esta normativa a la ley desarrollada por éste, la Asociación Española de Startups ha pedido al Gobierno que “module su posición en estas negociaciones para que tenga en cuenta el impacto negativo que tendría una nueva figura tributaria que sólo se dirija a un determinado sector”.
De acuerdo con la asociación, existen varios estudios que señalan el impacto negativo de un impuesto en los sectores más innovadores de la economía, “pues tal y como se han planteado en Francia o España, la acabarían pagando los consumidores y las startups”.
“Durante este año hemos visto con desazón cómo se producía una especie de carrera en la que el Gobierno español parecía querer ser el primer país en imponer una tasa digital”, ha indicado Carlos Mateo, presidente de la asociación. “Nos parece un contrasentido hablar de impulsar la digitalización y el emprendimiento de las startups por un lado, y al mismo tiempo diseñar una figura que automáticamente nos haría ser menos competitivos en el ámbito internacional”.
No obstante, desde la organización consideran positivo que se acaben fijando reglas internacionales que intenten solucionar los problemas fiscales actuales y adaptar las normas al siglo XXI. “Nunca nos ha gustado la propuesta de crear una tasa digital, pero si tiene que hacerse, al menos que se haga de común acuerdo entre el mayor número de países posible, idealmente en el seno de la OCDE”, ha añadido Mateo.