El 30% de los que son compradores habituales de Armani y Gucci (un 12% de los entrevistados) declararon que seguirían siendo fieles a estos diseñadores italianos en el futuro si se lo pudieran permitir.
Armani y Gucci tienen un pasado en común ya que comenzaron como negocios familiares y en la década de los noventa del siglo pasado se convirtieron en marcas de renombre mundial. El estudio señala que “no sólo venden moda, sino también imagen, algo por lo que los consumidores están dispuestos a pagar más. En el caso de Armani, los clientes sienten que están comprado calidad, sofisticación y moda, mientras que en el caso de Gucci aprecian la combinación del estilo clásico con un toque sexy y moderno”.