Por lo que a mí respecta le encenderé dos.
La primera porque sea posible iniciar un debate sobre el futuro de la Dirección de Arte publicitaria, la comunicación visual y el nuevo rol del Director de Arte en ese futuro.
El ruido de lo digital y las posibilidades de la Red está produciendo un aumento exponencial de imágenes estándar y vacías, en su mayor parte, de contenido. Como si hubiésemos retrocedido a las décadas de los años 50 y 60, por supuesto con mayor calidad de producción, tecnología, etc. pero como afirmaba John Hegarty: “El Arte de la Dirección de Arte consiste en algo más que llamar la atención. Sin una idea, la Dirección de Arte no es más que algodón de azúcar”.
La segunda vela para insistir en una vieja reivindicación, ya manifestada con anterioridad en esta columna: prestar más atención a la educación visual desde la escuela. Saber dibujar es tan importante como saber escribir y no es necesario, como en el caso de la escritura, tener un talento especial y sí ganas de esforzarse. Sólo se precisa de una práctica bien enfocada para conseguir buena letra.
El beneficio, sin embargo, es muy superior: se aprende a observar, a analizar y el individuo completa sus posibilidades de comunicación.
Porque es muy triste que una mayoría de los alumnos que se matriculan en diseño gráfico por ordenador no saben dibujar, que es tanto como no saber pensar.
Henri Cartier-Bresson no tenía dudas: “La fotografía es el momento, el dibujo es reflexión”.