La ceremonia se ha iniciado con una sorpresa protagonizada por una de las reinas de la noche: la vieja dama se retira del mercado y dona su patrimonio en vida, con gran alegría del resto de participantes.
Los teenagers saltan a escena. Con los impulsos propios de la juventud, de la necesidad de hacer dinero y labrarse un porvenir, los más jóvenes de la noche se han librado de la inoportuna presencia de la carabina y se lanzan a la pista mientras la música suena con ritmos modernos. Parece que la cosa va en serio y la cosa es rápida.
Los más maduros se han visto sorprendidos por la rapidez de los escarceos amorosos y se han quedado compuestos y sin novia mientras pensaban. La noche es joven y la fortuna sonríe a los audaces.
Traducción: Cuatro y La Sexta parecen con ganas de culminar, mientras que Antena 3 todavía puede convertirse en un amante parcial de los derechos deportivos que ostenta Roures. De Tele 5, la belleza ajada, no conocemos noticias.
Acabado el símil musical y glamouroso, me gustaría escribir dos palabras sobre la retirada de la publicidad en RTVE.
Estando de acuerdo en que ningún ente público, incluidas las autonómicas, debe contar con la doble financiación que otorgan los presupuestos públicos y publicitarios, la pifia de la decisión es absoluta:
1. Se opta por un modelo, el francés, que está recurrido y en solfa en tribunales franceses y comunitarios.
2. Los anunciantes no están obligados a gastarse entre cuatro los que tenían previsto para cinco. El recorte previsto en los presupuesto de marketing está servido. Dinero perdido.
3. Acaban de dejar colgados de la brocha a sectores tan importantes como el juguetero, que ha perdido el 40% de los GRP de bajo coste que sólo RTVE le ofrecía. Al carajo la campaña de Navidad.
Los experimentos con gaseosa y las decisiones importantes, meditadas, que la cosa es gorda.