España es uno de los países donde se consume más pescado por habitante, algo en lo que influyen razones tanto históricas, al formar desde siempre parte de la dieta y la cocina tradicional mediterránea, como de la propia industria pesquera, ya que nuestro país cuenta con una de las flotas más potentes del mundo.
Claro que no toda la población consume pescado, ni el consumo se adapta a la oferta variable que se produce a lo largo del año. Por eso, en 1980 se creó el Fondo de Regulación y Organización del Mercado de los Productos de la Pesca y Cultivos Marinos (FROM), un organismo público entre cuyas labores fundamentales destaca la comunicación para promocionar y apoyar el consumo de pescado, así como orientar el mercado de estos productos en cuanto a cantidades, precios y calidades.
Su actual secretaria general, Isabel Hernández, lleva cuatro años en el puesto y destaca que, pese a las dificultades que suelen tener las campañas educativas que intentan modificar las costumbres y hábitos de la sociedad, hay datos que confirman su eficacia, comenzando por el mismo incremento del consumo per cápita. “En 1980 se consumía una media de 20 kilos de pescado por habitante y año, y actualmente está en 36,7 kilos. El aumento no se ha producido sólo por las campañas del FROM, desde luego, pero sin duda han influido”, dice Hernández.
Hay otros datos que confirman la eficacia de las acciones del FROM, como el consumo infantil de pescado: “Hace cuatro años, cuando entré en el departamento, uno de cada cuatro colegios no ponía regularmente pescado en sus menús, y hoy día no lo ponen sólo uno de cada diez”.
En las familias con niños el consumo de pescado es muy inferior, pues resulta una media de 16 kilos per cápita, menos de la mitad de la media nacional. Sólo se toma 1,7 veces por semana y en raciones habitualmente menores de las recomendadas. Por eso, uno de los grandes objetivos es incrementar el consumo entre los más pequeños: “Están en una edad en la cual el pescado es muy importante, por sus cualidades: tiene muchas vitaminas, proteínas, ácidos grasos y, en general propiedades, muy beneficiosas para el desarrollo del cuerpo”, señala Hernández.
Antes de establecer los objetivos de comunicación y la estrategia más adecuada para conseguirlos, el FROM realizó una investigación nacional en el 2005 y el 2006. Algunas de las conclusiones principales son que no hay grandes diferencias de consumo por razones geográficas ni de hábitat, se toma más o menos el mismo pescado en el norte que en el sur, en ciudades grandes y pequeñas localidades, e incluso entre las distintas clases sociales. Y tampoco existe un único motivo que explique por qué los niños toman menos pescado, sino que la responsabilidad se reparte entre todas las partes implicadas: la familia, los profesores, los cuidadores, las autoridades