Bueno, ya se sabe que la fiabilidad de este último dato es, como poco relativa, porque no parece muy lógico que si las cosas van tan bien por la Red haya tantas cabezas cortadas en las grandes compañías. Eso sí, hay un medio que parece camino del apaga y vámonos, que se nos acaba la película, porque caer un 45,3% no habla de crisis, sino de dirigirse directamente hacia ser un medio residual. Como no logre reconvertirse poniendo los anuncios en las pelis piratas descargadas de Internet…
La caída de lo convencional. Sí que resulta evidente que la caída de lo convencional frente a lo no convencional podría empezar a reflejarse claramente como tendencia, aunque hay que contar que si el negocio está en controlar y medir lo convencional, darle mucha importancia a los no convencionales es contraproducente. En otras palabras, estoy bastante convencido de que si se lograse medir y controlar razonablemente bien los denominados medios no convencionales, y vender esa información al mercado, seguro que supondrían mucho más que ese 52,4% que le atribuye el estudio, y eso que éste ha sido el año que más han crecido respecto a los medios tradicionales. Y hablando de no convencionales, por cierto, ¿el marketing telefónico es sólo el dirigido al teléfono fijo, y el marketing móvil el que se dirige a los móviles? ¿Quiere decir que sólo el 1,7% del marketing telefónico se dirige a los teléfonos móviles? Y eso que es el “medio que más ha crecido”, un 62,9%.
Los anunciantes. Telefónica y Vodafone siguen creciendo en inversión, demostrando una vez más que la competencia es muy sana para el sector, aunque Orange (France Telecom) cae casi el 20%. De los coches ni hablar, salvo Seat, y los viajes siguen ahí con Marsans y El Corte Inglés decididos a que nos vayamos de viaje para olvidar las penas.
Bloquitos continuos. He sufrido alguna de las nuevas estrategias televisivas para retener a los telespectadores: en alguna serie ya no ponen bloques interminables de más de 20 minutos de anuncios, y optan por poner mogollón de bloques de cuatro o cinco minutos, lo que convierte el programa que intentas ver en una carrera de obstáculos de la que resulta casi imposible seguir el hilo. Personalmente, las continuas interrupciones me parecen incluso más ofensivas para el telespectador, aunque todo es opinable.
Televisión de calidad. Está claro que en crisis hay que vender como sea y las rebajas están en todas partes, pero todavía soy un iluso y pienso que alguna cadena podría optar por aprovechar la situación y posicionarse como una televisión de calidad, con publicidad pagada de verdad, lo que supondría emitir mucha menos. Claro que un informe optimista que llega del Reino Unido aventura que la recuperación puede venir de lo contrario: dado que los precios de la tele caen sin parar, muchos anunciantes pueden ver que vuelve a ser un excelente recurso para promocionar sus marcas cuando la tormenta amaine. Vamos, la filosofía de las rebajas, está tan barata que me lo compro, porque a este precio