Tenemos, sin embargo, una oportunidad de oro para recuperar el valor de los valores. Esta claro que una serie de conceptos o formas de actuar han quedado enormemente en entredicho. El éxito sin esfuerzo, la gratificación instantánea, el individualismo a ultranza, el todo vale han quedado en evidencia.
En cambio valores como el esfuerzo, la dedicación, la profesionalidad, la exigencia, la lealtad, la colaboración deben retomar un papel clave en nuestras vidas y, naturalmente, en la actividad económica. La propia definición de éxito profesional debería revisarse, diferenciando lo que es un éxito relativo y ocasional de una trayectoria profesional sólida y duradera.
La buena noticia para mi profesión es que todos los grandes publicitarios que he conocido a lo largo de treinta años eran, y son, profesionales absolutamente dedicados a su trabajo, tremendamente exigentes con la calidad de su producto y líderes y creadores de equipos. Así como socios leales de sus clientes. Estamos, pues, en buena posición para recuperar la preeminencia de unos valores que no se han perdido nunca. Tenemos también la oportunidad y el deber de atraer al mejor y mayor talento posible a nuestra profesión.
RECUPERAR EL ATRACTIVO PARA EL
TALENTO. En los últimos veinte años ha aumentado enormemente la competencia por las personas brillantes, inquietas, creativas y con ambiciones profesionales que tradicionalmente se sentían atraídas por el mundo de la publicidad y la comunicación. De los bancos de inversiones a las puntocom, del mundo del diseño a la consultoría, de los propios anunciantes, que, ahora sí, ofrecen interesantes carreras multinacionales, hasta de los medios, que, con su proliferación, han abierto infinidad de oportunidades laborales. En este contexto, el atractivo de las agencias de publicidad y comunicación como opción de carrera ha disminuido. Esto sin mencionar la cuantía de los paquetes de remuneración, con sofisticados sistemas de incentivos, no sólo de los bancos de inversión, sino de todos los sectores antes mencionados, que dejaban a las agencias de publicidad con menos armas de seducción.
Pues bien, yo creo que el actual situación iguala las reglas del juego. La parte de remuneración e incentivos que podrán ofrecer los sectores que compiten junto con la publicidad por el talento se verá seriamente mermada, y, si en aras de la brevedad se me permite expresarlo así, el efecto de percepción social por el cual ser banquero de inversiones, por decir algo, gozaba de una mayor aura de éxito que ser publicitario va a desaparecer, si no lo ha hecho ya.
Así que ahora nos toca volver de lleno a la lucha por el talento, sin complejos. Porque sólo con las mejores cabezas se hacen buenas agencias. No hay otro secreto. Y recordando que la publicidad es economía real. No especulativa. No financiera. No sólo es economía real, es uno de los motores de la sociedad de consumo, es decir, del sistema económico y social en que vivimos.
OPORTUNIDAD Y OBLIGACIÓN DEL CAMBIO.Tenemos, también, la oportunidad y la obligación del cambio. Todos somos conscientes de la evolución de nuestro sector y de nuestros mercados. Hemos hablado y actuado, unos mas tímidamente que otros, durante décadas de integración, de 360 grados, de Internet, de nuevos medios