Más de 5.000 madrileños asistieron a una experiencia audiovisual de más de cuatro horas de duración en la que 40 artistas crearon un universo de magia y evocación que transportó a los presenten por la ruta del velero Cutty Sark.
El espectáculo desplegó una coreografía en la que se conjugaron las danzas tribales, el equilibrismo, las acrobacias aéreas, los juegos de sombras, la proyección de imágenes y las percusiones de Mayumaná.