Las actuaciones de un concepto comercial que estaba directamente ligado a un grupo de elementos meticulosamente definidos en función de los objetivos, hacían primordial el asegurar la aplicación estricta de cada una de ellas.
Nuestra misión fue formalizar los componentes de este nuevo concepto en unos libros de estilo, dando a cada una de las personas que intervinieron en la redefinición los elementos indispensables para la correcta ejecución de su trabajo.
Para conseguirlo se estableció una metodología especial: primero se procedía a la identificación del perfil de los usuarios con el fin de estructurar el contenido de los libros de estilo según las necesidades reales de éstos (departamento técnico, grupos de trabajo, responsables de merchandising, directores de venta