En palabras de Vicente: “Se trata de una iniciativa sin precedentes en el sector de la publicidad, más allá de cualquier obligación contractual o legal. Con este nuevo modelo, McCann puede garantizar que su trabajo es independiente, imparcial y ajeno a cualquier interés económico derivado de ingresos atípicos, asegurando la máxima eficacia y rentabilidad de cualquier inversión realizada por los clientes”.
En esta nueva etapa iniciada por Grupo McCann cada anunciante conocerá todos los ingresos que genere para la agencia, cuyas remuneraciones procederán solamente de éste. Los ingresos generados por proveedores serán devueltos a los clientes.
Con esta decisión Grupo McCann va un paso más allá de la Ley Sarbanes-Oxley, que para Félix Vicente no es ni mucho menos la panacea de la transparencia. “La Ley Sarbanes-Oxley sólo exige documentar las decisiones y la procedencia de todos los ingresos internamente para un mayor control financiero, pero no obliga en absoluto a compartir esa información con los clientes. Grupo McCann será la única compañía que ofrezca transparencia a sus clientes sobre la gestión económica de sus inversiones”.
Para asegurar este compromiso, los clientes del Grupo McCann recibirán las cuentas auditadas anuales y un certificado expreso de la compañía auditora que demuestre que la totalidad de los ingresos proviene de los clientes o de ingresos autorizados por ellos.
En palabras de los principales directivos del Grupo, el objetivo último de esta política es asumir el liderazgo en el mundo de la comunicación de este país y afrontar el reto de reinventar un sector, cambiar las reglas de juego y poner en tela de juicio un modelo retributivo perverso en el que rappeles, comisiones, descuentos y primas son moneda de uso corriente.