“Uno de los grandes retos con los que nos hemos encontrado los directivos de las agencias de publicidad ha sido la necesidad de captar el talento y los profesionales específicos, muchos de ellos con perfiles totalmente novedosos, muy demandados y difíciles de encontrar, para sumarlos a nuestros equipos. Técnicos con mentalidad analítica y motivación creativa para detectar y descifrar claves. Porque el dato per se no aporta valor”. Así se expresa Córdoba Ruiz, presidenta de la asociación Agencias de España, en este artículo exclusivo para IPMARK.
« La digitalización ya está presente en todos los sectores y como consecuencia de este proceso, tenemos acceso a un importante volumen de datos, que nos aportan un conocimiento mucho más definido y preciso del target de las firmas que nos contratan. El denominado big data nos da la oportunidad de ajustar de una manera más eficaz y efectiva la comunicación en nuestras agencias. Eficaz, porque podemos conocer los intereses del potencial cliente y porque podemos contactarle en el momento y mensaje adecuado con el producto que necesita.
Por tanto, hoy en día las agencias de publicidad estamos en condiciones de ofrecer a las marcas y anunciantes estrategias de comunicación mucho más atinadas para contactar y llamar la atención de su cliente y garantizar resultados. En definitiva, con esta revolución digital todos ganamos.
Pero el verdadero valor que aportamos los profesionales del sector no es esa amalgama de datos arrojados por las múltiples herramientas que hemos sido capaces de introducir en nuestros procesos, sino en la debida interpretación y la agilidad en la activación de los mismos. Uno de los grandes retos con los que nos hemos encontrado los directivos de las agencias ha sido la necesidad de captar el talento y los profesionales específicos, muchos de ellos con perfiles totalmente novedosos, muy demandados y difíciles de encontrar, para sumarlos a nuestros equipos. El objetivo ha sido el encontrar técnicos, no sólo con mentalidad analítica, sino también con capacidad y motivación creativa para detectar y descifrar las claves necesarias para configurar esos planes y estrategias de comunicación eficaces. Se trata de reclutar personas que sepan entender las necesidades de cada cliente y obtener el dato que realmente nos lleve a cumplir los objetivos marcados. Porque el dato per se no aporta valor.
La responsabilidad en el manejo de la información
Y en este contexto, conviene detenerse a reflexionar sobre el grado de responsabilidad que asumimos con el manejo de la información. Dejando a un lado las directivas existentes e incluso las venideras que nos obligarán a contemplar una regulación más exhaustiva, debemos ser conscientes de que la protección de datos ha de ser una máxima a preservar en todo momento. No podemos perder la visión de que la información que manejamos se corresponde con perfiles de personas y tenemos que hacer buen uso de ella. Una vez más, conviene reivindicar el importante rol de ese analista con capacidad para tomar decisiones adecuadas en todo momento, sin sobrepasar los límites.
Los contenidos alojados en los distintos canales y soportes, ya sean fruto de la práctica periodística o como resultado de la gestión publicitaria, no deben resultar invasivos, porque corremos el riesgo de provocar un el grave rechazo de las audiencias. Debemos tener en cuenta además la sobresaturación de mensajes que recibimos diariamente y lo que es peor, la calidad de esos mensajes.
Tras ese vocablo “posverdad” tan manido últimamente, se aloja un río de falsedades y bulos bien redirigidos, que se transforman en falsas creencias, muchas de ellas muy dañinas y tóxicas. El poder de la comunicación se ha democratizado y ésta es una gran noticia, pero también estamos sometidos a la invasión de sobreentendidos, insinuaciones o directamente manipulaciones gestionadas por fuentes en muchos casos anónimas. Corremos el peligro de perder por el camino la credibilidad.
En cualquier caso, lo cierto es que con este entorno que cambia de manera frenética, las agencias de publicidad ya han tenido que acostumbrarse a un esfuerzo de adaptación constante, para ir dando respuestas adecuadas a unos clientes acuciados por un mercado muy competitivo.»
Córdoba Ruiz, presidenta de Agencias de España.