La crisis económica ha provocado cambios profundos en los hábitos de la población, dando lugar a un nuevo perfil de consumidor hasta ahora desconocido. El “consumidor ahogado”, obsesionado por el ahorro y devoto de las marcas low cost, es uno de los productos de la sociedad postcrisis.
Aunque la economía vuelve a crecer, nada volverá a ser como antes de la recesión. La sociedad española se ha empobrecido y hasta un 52% de los españoles afirma haber descendido en la escala social. Para el 66% la desigualdad social es uno de los problemas más graves de país.
Es este contexto en el que, según el estudio Mikroscopia 2016, elaborado por MyWord, surge el denominado “consumidor ahogado”, que se caracteriza por los siguientes rasgos:
• Azotado por la crisis. Ha sufrido especialmente los rigores de la recesión. El 68% de este grupo ha caído de clase social, 24 puntos más que el resto de los consumidores.
• Ahorrador. Economizar en todo. El 56% compara precios y compra la marca más barata, 23 puntos por encima del resto de la población. En moda ese porcentaje se eleva al 72%. El 35% apenas pone la calefacción por no poder hacer frente al gasto, 24 puntos más que la media de la población.
• Nuevos valores. Austeridad, empatía y espíritu crítico. El 64% afirma haberse vuelto más austero tras la crisis y un 45% se pone más en la piel de sus semejantes. Además, el 32% siente rechazo hacia las grandes empresas y multinacionales.
• Exigentes. El 90% de los consumidores ahogados exige que las empresas expliquen de forma clara los productos y servicios, y el 82% piensa que tendrían que invertir parte de sus beneficios en ayudas sociales.
Dos Españas muy distintas
El consumidor ahogado es un fiel reflejo de la transformación que la recesión ha provocado en España.
Así, y aunque aumenta la confianza de los ciudadanos, al tiempo que mejora su capacidad económica, existe una brecha difícil de cerrar. “La sociedad postcrisis es dual: en ella convive una sociedad acomodada, confiada y optimista con otra azotada, desconfiada y emocionalmente dañada. Las marcas tienen por delante el reto de atender las demandas de dos Españas muy distintas”, explica Belén Barreiro, directora de MyWord y ex presidenta del CIS.