Bajo el eslogan A qué se juega en China, la campaña quiere descubrir que los Juegos Olímpicos sólo muestran una cara amable y ficticia de China, un país del que se espera que aproveche el acontecimiento deportivo para comprometerse con el respeto a los derechos humanos.
Con un lenguaje austero, las tres piezas gráficas que componen la campaña denuncian la tortura, la pena de muerte y la falta de libertad de prensa, tres realidades que todavía se dan en el país asiático.
Las ilustraciones utilizan el mismo código gráfico que los pictogramas oficiales de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
La campaña se difundirá en medios impresos de tirada nacional y regional.