Imago

No hay imagen pequeña, sino mentes pequeñas. Y pronto podremos tener buena demostración de ello en las elecciones que nos

No hay imagen pequeña, sino mentes pequeñas.

Y pronto podremos tener buena demostración de ello en las elecciones que nos echan encima.

Para abrir boca, la imagen de Hillary Clinton y sus lágrimas de plañidera profesional frente a la recuperación del black is beautiful para cambiar.

Y como a nosotros nos gusta que nos saquen los colores, de aquí a marzo tendremos un largo partido que enfrentará a los Mamy Blue contra los Reds.

Con rumores tan jugosos como la recomendación a un candidato con toda la barba de no cerrar tanto la mano sacando el dedo de mandar, para suavizar el gesto y que se le vea el anillo de casado.

Por lo de la familia, canción de moda de los Deep Purple Boys, en concierto.
A propósito de concierto, a este último grupo se le ha ido la mano en la aplicación del mandamiento No overpromisearás, en sus carteles; vi uno de ellos en la estación del suburbano de Bilbao, línea 1, que proclamaba a los asombrados usuarios que los cristianos no usan preservativo.
¿Se supone que es una vuelta a los tiempos del prolífico método Ogino, en la misma manera que Benedicto XVI da la espalda a su iglesia diciendo misa en la Capilla Sixtina, en una imagen del más puro estilo preconciliar?
¿Llegaremos a cubrir con hojas de parra las impudicias que Michelangelo alias el Graffiti, pintó en las paredes de San Pedro exhibiendo cuerpos desnudos, musculados y sanos?
Y hablando de cuerpos sanos y overpromise, ¿han visto el anuncio con formato de media página publica Farma/industria en El País Salud (12 de enero de 2008) cuyo titular reza: “¿A que la marca sí es importante?”.

En él se proyecta una imagen muy negativa para la industria farmacéutica, puesto que subordina la ética científica que debe regir el principio de proteger y ayudar a TODOS los pacientes a superar la enfermedad, a la estética de comunicación del marketing comercial de un producto cosmético.

Su mensaje se interpreta como un claro intento de crear desconfianza sobre los medicamentos genéricos.

Los que están al alcance de los más desprotegidos.

Lo dicho: no hay imagen pequeña, sino mentes pequeñas.

(*) EduarDo Oejo es asesor de Comunicación Visual
oejovisual@yahoo.es