No hay ninguna duda de que la telefonía móvil es uno de los sectores más competitivos y dinámicos en los últimos años. La lucha entre los grandes operadores se ha abierto cada vez más con la entrada de las compañías virtuales, que alquilan la red y luchan sobre todo por captar clientes descontentos y que tienen el precio como una de las características diferenciadoras claves, si no la única.
Una de las últimas en llegar es Simyo, que trata de posicionarse como una de las más competitivas y fuertes del segmento de bajo coste con el apoyo del grupo holandés KPN, el cuarto más grande de Europa en el sector. La promesa es sin duda fuerte y atractiva: “Muchísima gente en España puede ahorrarse la mitad de lo que paga si se viene a Simyo”, señala Jochen Doppelhammer, consejero delegado ejecutivo de KPN España.
La estrategia es clara y bastante similar a la establecida por otras empresas de bajo coste en distintos mercados: una red de distribución prácticamente inexistente, dado que se centra toda en las ventas y posteriores servicios a través de Internet y, como mucho, del teléfono; inversiones prácticamente nulas en infraestructuras, pues en este caso se subcontratan a otra de las grandes empresas, a pesar de ser competencia directa; y ventajas competitivas muy claras y evidentes para el consumidor, en este caso a través de una oferta de precio altamente ventajosa.
Quizás una de las novedades más singulares de la estrategia de marketing de Simyo es que ni siquiera la inversión en publicidad, comunicación y marketing será muy elevada, al menos según se anunció en la presentación de la compañía, pues los directivos están seguros de que la oferta es tan buena para el consumidor que el boca-oreja puede lograr convertirse en la principal vía de comunicación para captar clientes, a pesar de que nazca como una marca y compañía totalmente nueva en España.
Se trata, por tanto, de trasladar al sector de la telefonía móvil un posicionamiento que ya ha tenido un éxito indudable en otros mercados, como los seguros, la banca, las compañías aéreas, los viajes, etc. “Si compras online, reservas vacaciones online, administras tu cuenta bancaria online. ¿No crees que ya es hora de poder gestionar tu telefonía móvil online?”.
El planteamiento podría describirse como “te vamos a dar los servicios mínimos, imprescindibles y necesarios con una calidad similar a la de las grandes marcas del sector, pero cobrándote mucho menos que ellas, porque no invertimos apenas en publicidad ni marketing, ni en red de distribución, ni en agresivas promociones o caros patrocinios”.
“Igual que la banca telefónica”
“Venimos a hacer lo mismo que la banca telefónica, pero en telefonía móvil”, señala Jochen Doppelhammer, consejero delegado ejecutivo de KPN España. “El control de Simyo lo tiene la gente: no hay compromiso de permanencia, no hay cuotas ni consumo mensual mínimo, damos claridad absoluta en los precios y la relación con los clientes se hará prácticamente toda a través de Internet: con nuestra web cubrimos más del 80% de los motivos habituales de las llamadas de servicio al cliente, lo que nos permite que el servicio que daremos por teléfono pueda optimizarse exclusivamente para cuestiones muy concretas.
Todo el estilo de la compañía intenta transmitir cercanía a los consumidores, con un lenguaje que destaca quizás por su “excesiva confianza”. “¿Has pensado alguna vez cómo te gustaría que fuese tu compañía de telefonía móvil? Nosotros sí, por eso hemos creado Simyo, la telefonía móvil pensada para ti, por gente como tú, cansada de tarifas abusivas y restricciones. Porque nosotros también lo sufrimos en su día y encontramos la solución en otros países, hemos traído a España el modelo de telefonía que siempre nos hubiera gustado tener”, señala Alberto Lorente Vázquez, chief marketing officer de Simyo España. “Estamos abriendo una nueva categoría en el sector, la telefonía móvil con servicio por Internet”.
El planteamiento es recortar costes al máximo para, al menos en teoría, repercutir esos menores gastos en beneficios para el cliente final. Las inversiones así son mínimas en todos los sentidos: la infraestructura, que se alquila a Orange; la red de distribución, inexistente al realizarse todas las operaciones por Internet; los gastos en marketing, que salvo la actual campaña de lanzamiento de marca serán mínimos.
Por lo pronto Simyo no ofrece teléfonos móviles de última generación regalados o a precios reducidos si se firma un contrato de permanencia. Se trata de un servicio para personas que tengan un terminal de móvil libre, o quieran liberar el que tienen. Según los datos apuntados por el propio Alberto Lorente, en España se venden más de dos millones de móviles libres al año, que podrían incorporarse como clientes a Simyo directamente. Y además realizan una agresiva propuesta de liberar los móviles de la gente: “Que no te engañen: ¡liberar móviles no es ilegal! Un móvil libre es el que no está bloqueado por ningún operador. España es un caso especial. En algunos países, como en Bélgica y Finlandia, el bloqueo de teléfonos por parte de los operadores no está permitido, porque se considera una práctica contraria a la libre competencia”. El propio Alberto Lorente indica que ayudarán a liberar los móviles de la gente que lo solicite, recomendando empresas que lo hacen, para “reeducar al mercado español”.
“Nadie regala nada”
Resulta evidente que cuando una compañía de telefonía móvil te regala un teléfono o lo ofrece a un precio mucho más reducido que su coste normal, lo cobrará posteriormente y posiblemente con beneficios. “Nadie regala nada”, asegura convencido Lorente, “y el ahorro que pueden conseguir la inmensa mayoría de los clientes si se vienen a Simyo permite que se pague el mejor teléfono móvil en pocos meses. En países como Alemania también funcionaba mucho el regalo del móvil, pero ha ido decayendo rápidamente.
Nosotros sólo ofrecemos la posibilidad de comprar algunos teléfonos móviles a precios muy buenos a través de nuestro sitio web”.
La oferta es clara y simple: todas las llamadas desde el teléfono móvil en territorio nacional, a cualquier operador, fijo o móvil, y a cualquier hora, a 9 céntimos de euro el minuto, a los que hay que sumar los impuestos y 15 céntimos por establecimiento de llamada. No se exige consumo mínimo mensual, no hay ningún compromiso de permanencia, y los precios son válidos para tarjetas de prepago o de contrato. La administración de todas las operaciones con la compañía, desde el alta a la revisión de la factura, se realiza a través de la página web. Y, algo importante también para muchos usuarios descontentos, el compromiso también alcanza a que las bajas de la compañía se gestionarán de forma inmediata en el propio sitio web. “Cualquier día, a cualquier hora y desde cualquier lugar del mundo puedes darte de baja haciendo un simple clic. Sólo necesitas una conexión a Internet y olvídate de llamar al servicio de atención al cliente, enviar un fax, pelearte con el operador de turno, amenazar con abogados, pagar multas absurdas y terminar llamando a una organización de consumidores para protestar”.
“El éxito de Simyo es fruto de un concepto innovador y totalmente diferente al de la competencia, basado en la libertad de gestión de la telefonía móvil a través de Internet. En la nueva compañía telefónica el control lo tiene el cliente, que puede gestionar desde Internet su móvil cuándo y cómo quiera, sin ataduras ni obligaciones con la compañía. En Simyo creemos en Internet porque además nos permite grandes ahorros que repercutimos en las tarifas”, indica Miguel Ángel Suárez, chief operation officer de KPN España.
La web www.simyo.es adquiere una enorme importancia, pues se trata de convertirla en el vehículo principal de contacto entre la empresa y sus usuarios. Lorente señala que es ante todo útil y sencilla. “¿Te gustaría saber quién te llama más? ¿O a quién envías más SMS? ¿Conocer cuánto te has gastado entre dos fechas? ¿Recargar tu tarjeta SIM sin moverte de casa, aunque sean las tres de la mañana? Lo hemos hecho posible y sencillo. En la web están todas las herramientas necesarias para consultar facturas, recargar tarjetas, activar o desactivar el contestador, limitar el consumo