La PLV, punto de encuentro necesario

Sin duda, forzar un producto o marca en un lineal no es un objetivo menos cortoplacista que pensar el obtener

Sin duda, forzar un producto o marca en un lineal no es un objetivo menos cortoplacista que pensar el obtener aportaciones, fees u otro tipo de peajes para que el fabricante tenga acceso al mercado.
La realidad es que la distribución necesita a la fabricación y viceversa. Y que, entre ambas, si quieren tener un negocio a largo plazo y garantizar una rentabilidad sobre la inversión a sus accionistas, deben de afrontar el reto de mantener vivo el interés del cliente hacia la tienda (el distribuidor) y hacia la marca (el fabricante).
El fabricante necesita acceso al mercado, al comprador-cliente, y el retailer, mercancía para vender que sea lo más atractiva posible. Y este proceso añade valor porque el cliente-comprador halla el producto adecuado en el lugar y momento también adecuados.
Así de simple.

Alineación estratégica

La alineación estratégica supone una nueva forma de plantear el problema: para tener éxito, el binomio fabricación-distribución debe operar de forma sincrónica, alineada estratégicamente.
No se trata sólo de la gestión eficiente del surtido, sino que, además, se trata de hallar el surtido más eficiente. Como reza el dicho do the right things