La salida de ‘Público’. Siempre es interesante la llegada de un nuevo medio, y más cuando intenta abrir nuevos huecos en el mercado o al menos diferenciarse bastante de los existentes. Claro que, a juzgar por el primer número, la mayor diferencia está en el precio y en la promoción de un DVD por 50 céntimos. El especial de presentación vale para comprobar el apoyo previo de la mayoría de las agencias de medios, que insertan la pagina de felicitación correspondiente, algo por otra parte no tan habitual. En cuanto al diseño y contenido, me recuerdan a El Periódico y en parte a los gratuitos: fotos muy grandes y en color, y muy poco texto, tendiendo a colocarse casi como pies de fotos, posiblemente signo de los tiempos, cada vez más visual y menos lector.
La batalla. La verdadera batalla se vivirá en los próximos meses, si de verdad cuenta con presupuesto suficiente para sobrevivir e intentar consolidarse en varios años. Ya se han conocido los problemas con OJD para asegurar que los 50 céntimos no iban íntegros a los quiosqueros. El apoyo de la Sexta y Mediapro pienso que no le servirá de mucho para lograr un público fiel, pues no me parece que el target de la cadena sea muy lector de diarios. En cuanto al posible hueco para un diario a la izquierda de El País, sinceramente no sé. Aunque el fracaso del Liberación queda olvidado en la noche de los tiempos, y desde entonces nadie lo ha intentando.
Las batallas de los datos. Coincidiendo con el teórico cuarto de millón de ejemplares de Público, sigue la lucha El País y El Mundo con los datos de OJD y Nielsen Net Ratings. La lectura de ambos datos suena curiosa, y lo peor es que el organismo y la empresa optan por el silencio. Es como el asunto de los presupuestos, uno dice que no se invierte nada en Madrid, el otro dice que mentira, y no sabemos a que atenernos.
La demanda. Otros que andan a la gresca son los de Zenith contra la nueva Ymedia, con la que se han ido clientes tan significativos como ING, Sos Cuétara, Pastas Gallo o Ya.com, además de varios directivos y profesionales de enorme valía. Con todo, ni entiendo el veto de Zenith a su incorporación a la AM ni mucho menos la demanda por competencia desleal, salvo como pura operación de imagen de cara al mercado y el grupo internacional. Suena un poco raro eso de que la demanda se ha puesto “con el objetivo de defender los intereses legítimos de la compañía en España, los de sus clientes y sus profesionales”. No creo que pretendan que un juez ordene a un anunciante a volver con una agencia de medios que ha dejado, o a un profesional que regrese a la agencia donde estaba. Vamos, que clientes y profesionales sabrán defender sus intereses por sí mismos.
El regreso. Lapeña vuelve de la mano de Sra. Rushmore, una de las noticias del nuevo curso. Si de verdad dirige sus esfuerzos a los concursos públicos, esperemos que la Administración no sea el último anunciante de España en aprovechar el talento de una de las mejores agencias del país. Aunque mucho me temo que a la mayoría de las mentes decisoras les da exactamente igual.
La fusión. Publicis señala que en las pocas semanas transcurridas desde la macrofusión ha ganado ya cuatro cuentas, que se sabrán próximamente. Sería la primera vez en la historia que la unión de agencias no provoca sobre todo un montón de despidos y más de una pérdida de clientes incompatibles, sino crecimiento real. Su presidente, además, dice estar seguro de que su volumen de negocio los hace estar por encima de McCann. Esperemos sorpresas en próximos ranquines.
Cambios de estrategia. Freixenet abandona las burbujas antes de ahogarse en ellas, posiblemente convencido de que sus spots de estrellas brindando colgados en YouTube no los vería ni el gato, y para llegar a los jóvenes es necesario otro tipo de lenguaje. Su apuesta por Scorsese es digna de aplauso cinéfilo, aunque no resulta muy rompedora, al menos de principio.
Fernando Montañés