Independientemente de su valor, no tengo muy claro si a la gente de verdad le resulta tan relevante y tan fundamental en su vida o si sólo se trata de la última diana contra la que cargar nuestro mal rollito o toda nuestra furia anticrisis.
En este ambiente tan apasionante da gusto ver que están surgiendo personas, equipos, marcas que ya se han hartado del mal rollo. Buscan crear o comunicar una identidad propia, con mensajes directos, positivos, optimistas o simplemente mensajes con humor que nos hagan sonreír. Mensajes realistas, por supuesto, pero tratando de intentar ver y mostrar la vida desde su lado más agradable. La situación, cambiar lo que se dice cambiar, cambia poco, así que vamos a ver si conseguimos mirarla con otros ojos. Algunos dirán que eso es ser un iluso, un ñoño, un inocente, un naíf… todo lo que quieras pero el paisaje es mucho más interesante desde esta perspectiva y, personalmente, lo agradezco mucho.
Cada vez hay más pequeños elementos que nos ayudan a sonreír, ¿qué me decís de los cupcakes? Hasta hace muy poquito eran considerados cochinadas extranjeras que no tenían nada que ver con nosotros. Cursis, recargados, tontorrones, multicolor, excesivos…, serán lo que quieras, pero se nos van los ojos. ¿Será que lo cursi abriga? Y también nos ayuda a sentir un poco de calorcito en este ambiente que vivimos tan estupendo.
Sirvan estas líneas como un pequeño homenaje a todos aquellos que a pesar de todas las dificultades están intentando cambiar el punto de vista ofreciéndonos una visión más solidaria, más amable, más cercana, más de verdad.
Y, sin ninguna duda, el punto de vista positivo sienta bastante mejor y es muchísimo más saludable, además de reforzar nuestro sistema inmunitario y, de esta manera, hacernos más cada día más fuertes.