La figura del kidult, ese adulto que consume juguetes por placer personal y no por necesidades infantiles, se consolida como uno de los grandes motores del sector juguetero en España. Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), este segmento representa ya el 27 % del consumo total en el país, con un crecimiento del 19 % registrado en 2024.
El fenómeno, lejos de ser exclusivo del mercado español, también gana terreno en Estados Unidos, Francia o Reino Unido, donde los adultos concentran entre el 25 % y el 35 % del gasto en juguetes, según datos del NPD Group. La tendencia es tal que ferias internacionales como Spielwarenmesse (Núremberg), en su próxima edición de 2026, ya han previsto espacios específicos dedicados a este tipo de consumidor.
Este nuevo perfil no busca productos infantiles, sino objetos de colección, reediciones de juguetes clásicos, consolas retro o actividades que permiten evadirse de la rutina. Se interesa por el llamado “ocio pausado”: puzles, construcciones complejas, juegos de mesa y lógica. Todo ello acompañado de un creciente interés por el diseño cuidado, las ediciones limitadas y el componente emocional que ofrecen estos productos.
Desde el sector se observa cómo esta evolución está influyendo en los procesos de diseño, selección y comunicación de los catálogos. “En esta situación de baja natalidad en Europa, la disminución de la demanda y las ventas por parte del segmento infantil es una realidad”, señala Santiago Agudo, director comercial de Colorbaby. “Este aumento del interés por parte de los kidults no solo permite al sector del juguete, tanto fabricantes como grandes superficies o minoristas, compensar esa caída, sino que también nos obliga a escuchar a otro tipo de consumidor: el adulto nostálgico que desea recordar sus juegos de infancia”.
Los beneficios psicológicos del juego en la vida adulta también respaldan esta tendencia. Actividades como el montaje de maquetas o la resolución de puzles actúan como espacios de calma, ayudando a reducir el estrés y aumentar el bienestar. Así lo explica la psicóloga Clara de Asís Ramos, quien señala que para muchos adultos “volver a las construcciones, maquetas o puzzles es una forma de bajar revoluciones y recuperar un espacio propio”.
Las previsiones internacionales apuntan a que este segmento continuará creciendo entre un 5 % y un 8 % anual en los próximos años, consolidando al kidult como un actor estratégico dentro del negocio juguetero.