La digitalización ha dejado de ser un proceso opcional a convertirse en una evolución inevitable. En España, la economía digital ya supone el 26 % del PIB, y sin embargo, sigue pendiente el desafío de convertir ese peso económico en impacto estructural y en una estrategia país que sea coherente, sostenida y alineada con nuestros intereses internacionales. No basta con incorporar nuevas tecnologías: necesitamos una visión compartida que sitúe a España como potencia digital europea y como puente estratégico con América Latina.
TEXTO SUSANA VOCES, PRESIDENTA DE ADIGITAL (ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA LA ECONOMÍA DIGITAL)
Desde Adigital, llevamos más de 25 años comprometidos con el crecimiento de la economía digital. Hemos acompañado esta evolución desde sus inicios, cuando las empresas creían que internet no tendría gran incidencia porque había pocos usuarios conectados o cuando el comercio electrónico o la economía de plataformas daban sus primeros pasos. Sabemos que los próximos años exigen más ambición, más coordinación y mayor liderazgo institucional. Por ello, desde mi papel como presidenta, hemos trazado un camino claro para consolidar esta transformación, articulado en varios ejes: país, empresa, proyección internacional y ciudadanía.
El primer eje -país- se centra en reforzar una agenda nacional de transformación digital, basada en una colaboración público-privada eficaz y concreta. No hablamos de intenciones, sino de herramientas reales para desplegar políticas que funcionen, infraestructuras adaptadas a los nuevos desafíos y un ecosistema digital robusto. Aquí se enmarca el trabajo desarrollado junto a EsTech, con un plan estratégico que busca consolidar a España entre los tres principales hubs de emprendimiento digital europeos. El programa incluye medidas para certificar y escalar empresas tecnológicas con alto crecimiento, incentivar la inversión en mercados como BME Growth, atraer capital institucional y vincular la formación técnica a las necesidades reales del sector. Todo ello con el objetivo de aumentar la inversión, retener talento y crear condiciones para que nuestras empresas puedan competir globalmente.
“Este es el momento de actuar. De unir fuerzas públicas y privadas, de poner el talento en el centro y de impulsar una digitalización con valores, que no mida su éxito solo en velocidad o eficiencia, sino en impacto, cohesión y bienestar”
La segunda línea de acción -empresas- apunta a una digitalización práctica y escalable del tejido empresarial, especialmente de las pymes, el grueso del tejido económico español. La tecnología debe adaptarse a la realidad de cada empresa, no al revés. En este contexto, el comercio electrónico se consolida como una palanca esencial para el crecimiento, al abrir nuevos canales de venta, facilitar el acceso a mercados internacionales y aumentar la competitividad. Pero, para que esta transformación sea efectiva, es imprescindible combinar formación especializada, acompañamiento personalizado y una regulación que impulse la innovación.
El tercer eje responde a nuestra vocación internacional. España posee un activo diferencial: una red interregional de hubs tecnológicos como Valencia, Málaga o Bilbao, que aportan especialización y talento. Sumando nuestra conexión histórica y cultural con América Latina y nuestro idioma común -el que se posiciona como el tercero más hablado en Internet- abre una oportunidad real para ejercer como puente digital entre continentes, generando valor económico y político desde una posición propia.
La cuarta prioridad es la ciudadanía. La digitalización será realmente transformadora si no deja a nadie atrás. Desde Adigital promovemos una agenda que incorpore los derechos digitales, accesibilidad universal, alfabetización tecnológica y reducción de brechas como elementos centrales de un nuevo contrato social. En otras palabras, abogar por una tecnología con rostro humano en la que nos aseguremos de que esta transición sea inclusiva, segura y clara.
La digitalización no es un destino automático, es una tarea colectiva que exige liderazgo, coordinación y visión. Si de verdad queremos que España ocupe un lugar central en la economía del futuro, necesitamos actuar con ambición, con propósito y con una mirada de país que trascienda lo inmediato. No se trata solo de incorporar tecnología, sino de hacerlo con sentido estratégico, sabiendo qué modelo de sociedad queremos construir.
No se trata solo de incorporar tecnología, sino de hacerlo con sentido estratégico, sabiendo qué modelo de sociedad queremos construir
Este es el momento de actuar. De unir fuerzas públicas y privadas, de poner el talento en el centro y de impulsar una digitalización con valores, que no mida su éxito solo en velocidad o eficiencia, sino en impacto, cohesión y bienestar. Porque el futuro no es un lugar al que se llega: es un terreno que se conquista con ideas, con valentía y con alianzas que funcionen.
Hoy tenemos la oportunidad histórica de construir un futuro más digital, sí, pero también más justo, más humano y, sobre todo, más nuestro. En Adigital estamos preparados para liderar ese proceso. No como testigos, sino como actores clave, impulsados por el valor estratégico de nuestros asociados y la fuerza transformadora de quienes ya están haciendo realidad ese cambio.