Ahora se necesita también adaptar procesos, lo que puede llegar a transformar los negocios a distintos niveles.
Para mantener una clara orientación a resultados también en social media, los proyectos de carácter transaccional deberían abordarse siempre desde un enfoque de social commerce. Este último no es una parte ni un subconjunto del e-commerce, sino una evolución del mismo, donde las marcas ya contemplan diferentes aspectos del contexto (consumidores, tecnología, medios) y a nivel interno (recursos, procesos, cultura).
Desde mi punto de vista es imprescindible que cualquier organización con actividad transaccional adquiera una visión que facilite el entendimiento de esta situación en la que conviven nuevas fuentes de información, canales, puntos de contacto y dispositivos de acceso. Estos factores determinan los nuevos modelos de relación entre las marcas y el ya-no-tan-nuevo-consumidor inmerso en un contexto dinámico, convirtiéndose en un desafío que obliga a replantearse modelos y proceso de trabajo.
El imperativo actual es ubicarnos en este nuevo escenario y en la medida de lo posible alinear todas las acciones en medios sociales con nuestros objetivos de negocio, para así poder extraer el mayor beneficio del social media.