Antes de entrar en materia conviene detenerse un momento y recordar los soportes de los que disponemos en la actualidad y que definen el llamado consumo multipantalla. Hablamos, claro está, de ordenadores, smartphones, tabletas, televisiones conectadas, consolas de juego, etc., dispositivos donde la pantalla determina qué tipo de consumo vamos a realizar y, por ende, es el elemento en el que habremos de fijarnos a la hora de decidir qué contenido vamos a distribuir, y de qué forma.
En este contexto, uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos es cómo priorizar el desarrollo de aplicaciones –las puertas de entrada para nuestros contenidos– en cada una de estas ventanas, principalmente debido a que no existe un estándar que nos permita cubrir el acceso a todas ellas con un mismo desarrollo, sino que necesitamos realizar aplicaciones concretas para cada uno de los fabricantes y sistemas operativos existentes, cuya variedad de opciones disgrega el consumo, y añade complejidad al desarrollo.
Teniendo esto en cuenta, otro punto esencial reside en averiguar qué fórmula de consumo multipantalla crecerá con mayor determinación. Por el momento, las opciones se agrupan en tres tipos: consumo lineal de contenidos, el mismo contenido que se está emitiendo en antena pero distribuido a través de un soporte distinto a la televisión; consumo no lineal de contenidos, elección a la carta de contenidos y, finalmente, extensión del consumo o experiencia lineal, como los desarrollos de “second screen” o “social TV”.
En referencia al consumo de contenido de larga duración, es muy posible que las tabletas sean el dispositivo que experimente un mayor crecimiento. Primero, porque se convierten en una segunda televisión donde ver contenidos alternativos a la principal, y, segundo, porque mediante los modelos de autentificación y “TV everywhere” los suscriptores a canales de pago podrán acceder al contenido que antes solo podían ver en el televisor donde tenían el descodificador y, además, profundizar en aquellos que han disfrutado más, accediendo a contenidos extra que la experiencia lineal no permitiría.
Sin embargo, no creo que esta amplitud de posibilidades de consumo vaya a matar el consumo televisivo, como algunos se empeñan en anunciar. Y, a la vista de los datos de que disponemos, no parece que así sea, puesto que este no sólo no decrece, sino que aumenta, lo que, por otra parte, tiene cierta lógica si entendemos la televisión como elemento central del ocio de la familia dentro de las casas. Es un entretenimiento lineal, una “lean-back experience”, donde lo que queremos es que nos entretengan, y no tener una participación activa con el contenido.
Por tanto, creo que el consumo de contenidos no lineal crecerá, pero a un ritmo menor, al menos hasta que existan motores de recomendación lo suficientemente avanzados como para facilitar a los espectadores la selección de los contenidos que quieren ver en cada momento.
Finalmente, la interacción con la segunda pantalla o la TV social son dos fenómenos de gran interés pero que, a mi juicio, por el momento tendrán un crecimiento ligado a determinados tipos de contenido, como eventos en vivo, donde es más fácil la interacción con la audiencia, como ya pasa hoy día con muchos programas.
En conclusión, está claro que el número de usuarios de estos dispositivos conectados crecerá hasta convertirlos en esenciales. Sin embargo, aunque tomemos como una certeza el hecho de que todo el mundo dispondrá de múltiples pantallas, la cuestión principal continuará siendo si quieres que te entretengan o quieres entretenerte. Por ello, creo que los modelos lineales ante una pantalla grande seguirán existiendo, eso sí, flexibilizados por herramientas muy útiles como los PVR y modelos de interacción o consumo lineal o no lineal que tendrán sentido a través de otras pantallas complementarias.
Este panorama, aunque no carece de cierta complejidad, es enormemente atractivo para un proveedor de contenidos, dado que la mayor disponibilidad de ventanas multiplica nuestras posibilidades y aumenta nuestra relación con el espectador. No parece que de momento vaya a haber un único modelo de desarrollo de producto, distribución de contenidos e interacción con el usuario, por lo que habremos de seguir analizando qué quiere el consumidor para poder hacérselo llegar de la forma más conveniente, en el momento que estime oportuno y en la ventana que desee. Se abre ante nosotros, en definitiva, un horizonte de posibilidades para estrechar lazos y conocer mejor a los consumidores.
(*) Sergio Falcón es VP digital media Europe de Fox International Channels.