De este previsible sujeto se sabía que se recluía en su cueva por la noche y otra serie de conductas previsibles que hacían que cobrar la pieza fuera, mas o menos, algo sencillo.
El mundo digital ha convertido a este sencillo sujeto en una escurridiza partícula cuántica capaz de mostrar varios estados a la vez y sorprendernos con su capacidad de eludir los tiros. Como si de electrones se tratara, estos nuevos consumidores son susceptibles de ubicuidad y de relacionarse con la información a través de varios medios consumidos de forma simultánea, de manera que los planificadores de medios deberían atender más al concepto de la probabilidad cuántica en la predicción de fenómenos que a las tablas de Sofrés o a otras herramientas habituales.
Como siempre, cuando nos aprendemos las respuestas, van y nos cambian las preguntas.
P. D. Para los registros históricos: reivindico haber sido el primero en utilizar el término CONSUMIDOR CUÁNTICO, que luego pasa lo que pasa y a uno le roban hasta las estupideces que se inventa.