El pasado sábado día 2 de junio se desveló el fallo del jurado de El Sol, el Festival Iberoamericano de la Comunicación Publicitaria, que en su vigésimo séptima edición decidió premiar, en la nueva sección de Branding y Diseño, el trabajo realizado por Morillas para Schweppes.
La ceremonia, conducida por Santiago Segura y Flora Saura, estuvo llena de humor y talento. Hacia las ocho de la tarde se desveló el ganador del premio sol de oro en la categoría de Diseño de Packaging y Productos, que recayó en la botella de Schweppes, lo que la sitúa como un referente del diseño actual. Su forma, elegancia y cuidada presentación consiguieron seducir al jurado alzándose con el mayor premio en su categoría.
Schweppes Heritage surge de una necesidad de apalancar el pilar de premiumness de una gran marca a nivel internacional: Schweppes. Marca de refrescos y de tónica por excelencia y de gran tradición. No en vano es proveedora de la casa real británica… y ¡ya sabemos de la afición de la reina por el gin-tonic!
Este proyecto es una celebración de esa historia de tradición y saber hacer de la marca Schweppes, una historia de más de 225 años que convierten su producto en una referencia en todo el mundo.
Con el aumento del consumo de gin-tonic aparece un nuevo target que podríamos denominar sibarita. Este target consume destilados premium y quiere un refresco de las mismas características, un refresco hecho con los mejores ingredientes y que trabaje el mismo insight, para combinar sus mixers.
A este respecto identificamos tres claves a la hora de construir un packaging premium que nombramos: autenticidad, exclusividad y singularidad. La autenticidad nos habla de un producto real y genuino aportando diferenciación en sentido positivo. La exclusividad nos remite a la selección, lo diferente y de acceso restringido. Y, por último, la singularidad que aporta el ser especial en la categoría.
Con este triple objetivo en mente, el proceso de creación comenzó con una profunda revisión del histórico de la marca, donde nos encontramos con el germen que dará lugar a la forma actual de la botella: la botella originaria utilizada por J. Schweppe para comercializar el primer refresco creado en 1783.
Así mismo, Morillas desde su tanque de tendencias, capturó tres corrientes de cambio que inspiraron un territorio diferencial para arrancar la futura creación premiada:
Primera tendencia. El valor de lo bien hecho, con tiempo y cariño como factores del nuevo consumo: “Pago más pero me dura más”.
Segunda tendencia. La recuperación de la receta original, de los primeros envases, de lo hecho a mano como sinónimo de estatus, buen gusto y elegancia
Tercera tendencia. Lo nostálgico y la celebración de las marcas de toda la vida como sinónimo de seguridad, calidad y humanización.
Estas tres tendencias se expresan en primer lugar en la apuesta por la recuperación de la forma original de la primera botella adaptada y reinterpretada para la actualidad, junto una gráfica que transmite tradición, clase, buen hacer, expertise, elegancia, sutileza y atención al detalle.
Tanto el collarín como el cuerpo de la botella se revisten de tipografías elegantes. La tonalidad metalizada del collarín pone el tono de celebración a la propuesta y la ilustración del ingrediente nos transporta al mundo del sabor clásico y original junto a una promesa de superexperiencia y máximo placer y sorpresa.
Su imagen, junto con una cuidada distribución en locales selectos y la novedosa ampliación de gama, ha creado gran expectación y una muy buena acogida entre el consumidor más sibarita.
En suma, el resultado es una botella muy icónica y con un gran atractivo para el consumidor.
Por todo esto no podemos dejar de dar una vez más las gracias al equipo de Schweppes por confiar en Morillas para un proyecto de branding y packaging que nace desde el orgullo y el corazón de una marca con alma, historia y sofisticación.
El sol de oro es sobre todo para ella, una botella de premio.
(*) Berta Fraga Rey es client partner de Morillas.