Asus 84 años, y después de 67 en la compañía, este mexicano con raíces catalanas mantiene la misma vitalidad y entusiasmo con los que entró a trabajar en Bimbo. Ese entusiasmo se retroalimenta por los éxitos que experimenta su compañía, triunfos como haber recuperado la marca en España y Portugal, mediante la adquisición de Sara Lee Bakery Iberia a finales de 2011. Después de casi 35 años desligada de la matriz mexicana, Bimbo España y Portugal vuelve así a sus orígenes. Y es que la firma de pan de molde, cuya marca es tan potente que ha conseguido nombrar al genérico, se introdujo en España en 1964 de la mano de la empresa mexicana. Hoy, Bimbo Iberia cuenta, además, con otros productos y marcas, algunas de ellas líderes en sus segmentos.
A finales de 2011, el Grupo Bimbo adquiere Sara Lee Bakery Iberia, y, con ello, Bimbo España vuelve a sus orígenes, a pertenecer a la casa madre. ¿Qué ha representado para usted y para la compañía esta adquisición?
Para nosotros ha sido motivo de enorme alegría y satisfacción. Hacía muchos años que teníamos la intención y el deseo de recuperar esta compañía, porque nuestra marca, que queremos mucho, estaba fuera de casa y eso nos molestaba. Hace 15 o 16 años estuvimos a punto de comprarlo, pero en aquel momento se nos ofreció algo en Texas que era muy importante y tuvimos que optar por una de las dos, porque no nos daban los recursos para ambas, y optamos por lo de Texas; pero nos dio mucha lástima no hacerlo. Y ahora afortunadamente llegó esto.
¿Qué planes tienen ahora, para esta nueva etapa de Bimbo Iberia?
Creemos que la marca es ampliamente conocida. Nos hemos dado cuenta que mantiene la imagen de marca fuerte. Tenemos que trabajar muchísimo con innovación, con nuevos productos con un mercadeo más agresivo, en el buen sentido de la palabra. Tenemos que hacer algunos cambios, algunas reinversiones, apretar un poco aquí y crecer un poco por allá. Todo esto ya se está trabajando. De hecho, ya me he reunido con el director de la planta en Barcelona y he visto que hay un enorme entusiasmo. Algo que me llenó el corazón es que me contaron que cuando los trabajadores supieron que habían sido recomprados por Bimbo hubo aplausos y satisfacción en general…, y no es común.
En España, Bimbo ha conseguido dar nombre al genérico, y eso dice mucho del poder de la marca. ¿Van a producirse cambios significativos en el área de marketing?
No, no, al contrario, pero creo que hay que reforzar la marca, simplemente. Para el grupo, por ejemplo, el osito de Bimbo tiene una enorme importancia, mientras que aquí casi había desaparecido. Ya está regresando, ya lo vi en algunos packagins, en algunos camiones de reparto. Y esto va a ser uno de los cambios importantes, la introducción del osito de Bimbo.
Una vez reincorporados a la casa madre, ¿cómo se va a reflejar eso en las prácticas de marketing? ¿Se van a aprovechar sinergias?
Claro, no hay muchas, pero sí algunas. Al estar en 19 países, lo que nos parece que es exportable de un país a otro, lo hacemos y viceversa. Por ejemplo, me acaban de comentar que aquí en España tienen planes de exportar productos para Argentina, para Brasil, para México y para EE. UU., y también tienen pensado importar varios productos, me refiero a la idea, para desarrollarlo aquí. Así que podemos decir que nos autoalimentaremos.
Y su presencia en medios, ¿va a crecer?
Sí, por supuesto, porque tenemos que hacer un esfuerzo. Tenemos que hacer ruido. Los detalles los conocen en los departamentos de marketing, pero tienen una clara indicación: hacer mucho ruido.
Por lo que se refiere al resto de marcas del portafolio de Bimbo Iberia, marcas tan importante como Martínez, Ortiz, Semilla de Oro, Madame Brioche, Eagle, Silueta… ¿van a experimentar cambios significativos?
Vamos a reforzar lo ya existente y vamos a ampliar otras variedades que son importantes en el grupo. Porque no sólo trabajamos con pan de molde, tenemos muchos otros productos. Poco a poco tenemos que ir acercándonos a lo que sabemos hacer.
Entre los objetivos de la compañía destacan uno de ellos: “Queremos hacer negocio, ser productivos”. ¿Cómo se va a poner en práctica en España, dada la coyuntura actual?
Desde luego estamos convencidos de que las empresas, y particularmente las empresas de alimentación, tenemos que estar renovando e innovando y a la vez ser productores de bajo costo, si no se consigue esto es muy difícil competir. Así que muchos de nuestros esfuerzos van a ir en ese sentido, en renovar, modernizar y buscar la manera de producir más eficazmente.
Ese objetivo, sin embargo, no es nuestra meta principal. Nosotros queremos hacer empresas con alma, donde las personas verdaderamente se sientan en casa, se realicen y donde puedan participar y crecer. No es una empresa que sólo busca hacer productos, es una empresa con un objetivo muy claro con relación a las personas. Creemos que las personas en todo el mundo somos iguales y lo que anhelamos se puede conseguir si la empresa, el capital humano, ayuda. Nosotros lo que podemos aportar es corazón. Y trabajamos mucho en ello, estamos muy orgullosos de ello.
Sobre la coyuntura en España, creo que no están tan mal como dicen. Nosotros tenemos mucha confianza, y España tiene cosas estupendas. Yo, personalmente, me he encontrado con una grata sorpresa al visitar la planta de Barcelona, por la calidad de la gente, la formación, las instalaciones tan modernas y, sobre todo, por la calidad de las personas.
Precisamente, uno de los valores de una gran compañía son sus directivos. ¿Qué ha de tener para usted un buen líder de equipo?
Nos aseguramos que tengan los valores que son necesarios, que sean personas verdaderamente trabajadoras y den ejemplo a sus equipos; personas que tengan buena capacidad de relacionarse con las demás, que tengan liderazgo y que entiendan que los negocios tienen que tomarse con decisiones de negocio, no con decisiones funcionales. Cada euro que se invierte tiene que tener un destino productivo.
¿Qué diferencia a Bimbo de la competencia?
Alma. Su gente. Tenemos gente muy entusiasta, sincera. Llevo 67 años de trabajo y no he vivido un paro, una huelga… Y eso creo que dice mucho de nosotros.
Isabel Acevedo