Según informa la prensa generalista, en González Byasss están negociando contrarreloj para que el emblemático anuncio de Tío Pepe pueda regresar a su emplazamiento después de que terminen las obras de remodelación de Puerta del Sol 1, el inmueble que albergó el hotel París, inactivo desde cinco años antes de iniciarse la rehabilitación.
Por su parte, en Apple no abren la boca ni para afirmar ni para desmentir aunque si está claro que la próxima Apple Stores estará en la Puerta del Sol.
Mientras la familia Díaz Estrada se decide, el montaje de Tío Pepe, de 25 metros de ancho por 10 de alto, reposa en una nave industrial de Arganda del Rey. En Twitter ya se han abierto distintas listas en su defensa.
El que quizás sea es luminoso más representativo de Madrid fue instalado en su azotea en 1936 para conmemorar el primer centenario de las bodegas González Byass. Es uno de los testigos más antiguos de la Puerta del Sol (la estatua del oso y el madroño data de 1967). Ha sobrevivido a una contienda civil, a distintas remodelaciones de la plaza y también a ordenanzas municipales, la última la de Publicidad Exterior de Gallardón, en 2009, que acusaba a Tío Pepe de emitir demasiada intensidad lumínica. Se salvó por los pelos gracias al “indulto” que dictó el Ayuntamiento de Madrid para cuatro luminosos que formaban parte del paisaje de la capital: el anuncio de Schweppes (Callao); el de Firestone, en las Escuelas Aguirre; el del BBVA en la Castellana y el de Tío Pepe, en Sol.