Y aunque ya se sabe cómo esta el sector, los primeros pasos parecen positivos: un 1,2% de la audiencia total en febrero, y hasta el 2,1% en los adultos de 25 a 44 años. Sigue teniendo algunos programas que ya no pegan ni con cola, los gestionados por los concesionarios del canal (VeoTV-El Mundo), pero en conjunto parece haber sabido buscar el nicho temático lo suficientemente diferenciado del resto y atractivo para una parte del público. El reto ahora es rentabilizarlo, pero parece posible dado que la inmensa mayoría de los programas son enlatados y ya emitidos. Un sistema que ya puso en marcha, y al parecer con éxito, Disney Channel.
Un nuevo/viejo modelo. La duda surge sobre el modelo de televisión que se ha creado en España, con una gran oferta pero en definitiva con las grandes audiencias e inversiones publicitarias concentradas en apenas dos operadores. La otra opción, la TV pública de calidad, parece destinada al acoso y derribo, por el ahogamiento presupuestario y la imposibilidad práctica de buscar otros recursos, sean por la vía de la publicidad o del patrocinio. Las autonómicas llevan tiempo demostrando que ni son una oferta atractiva para su público potencial ni para los anunciantes, y en su mayor parte parecen destinadas a que se las terminen vendiendo/regalando a algún grupo afín. Las temáticas están teniendo que luchar por conquistar sus espacios en una época de inversiones al mínimo, y éstas se concentran lógicamente en las ofertas más clásicas. Así parece un medio que presenta todos los síntomas de decadencia al ser incapaz de atraer a los jóvenes, acostumbrados cada vez más a ver/bajarse los contenidos que desean ver por Internet. Claro que para analizar las tendencias de futuro hay muchos más expertos que yo.
El día de mañana. La sensación es que estamos viviendo un auténtico cataclismo que afecta a todos los medios, y paralelalemente a todo el sector publicitario, mientras la inmensa mayoría de los profesionales y empresas se dedican exclusivamente a intentar sobrevivir como se pueda, que actualmente ya es bastante. Muy pocos, por no decir nadie, intentan plantearse que puede ocurrir no ya a largo plazo, sino simplemente a cuatro o cinco años. Las últimas grandes revoluciones de la publicidad y los medios, en los 60 con la TV y en los 80 con el crecimiento espectacular del marketing directo, patrocinios, relaciones públicas y otras técnicas below the line; se vivieron en una etapa de crecimiento y desarrollo. Internet y los medios interactivos son mucho más agresivos con los medios tradicionales porque socavan sus mismas bases de audiencia e ingresos publicitarios; y encima el cambio se está produciendo en la crisis económica más profunda desde hace muchas décadas. Podríamos buscar el paralelismo con el desarrollo de la radio tras la crisis de 1929, pero la situación actual es mucho más radical que entonces.
Pensemos en el mañana. Echo en falta un auténtico foro de debate y análisis que vaya mucho más allá de la situación actual, y permita replantearse o al menos tratar de buscar cuales serán las vías de futuro de medios, publicidad, agencias, anunciantes y consumidores. No discuto en absoluto el actual boom de las redes sociales y la publicidad en buscadores, la geolocalización, el marketing móvil… Pero tengo serias dudas de cuáles serán unas vías claras de crecimiento y desarrollo futuro, y cuáles acabarán tan perdidos y abandonados como los avatares del Second Life, la inmensa mayoría de los bloggs o incluso perseguidos por la justicia como el Megaupload. Como simple ejemplo, ¿quién asegura que a Estados Unidos no le de un arrebato de protección a la privacidad y establezca leyes controladoras sobre Facebook o Google? Está claro que estamos viviendo el madrecita, que me quede como estoy. Pero cuando se toman todas las decisiones pensando solo en hoy, el mañana nos seguirá cogiendo siempre desprevenidos y a remolque.