El grupo de automoción Stellantis, propietaria de marcas como Alfa Romeo, Citroën, Opel o Peugeot, ha decidido paralizar la producción de vehículos de su planta de Kaluga, principal polo industrial del sector, tras los problemas logísticos encontrados a raíz de las sanciones económicas impuestas por los países europeos, pero también por el propio gobierno ruso.
“Como consecuencia del refuerzo diario de las sanciones cruzadas y a las dificultades logísticas encontradas en el día a día, Stellantis ha decidido suspender su actividad industrial en Kaluga con el objetivo de garantizar el respeto total del conjunto de sanciones cruzadas y proteger a sus empleados”, ha informado en un comunicado, en el que también ha recordado que condena la violencia y apoya toda aquella acción que permita restaurar la paz.
Stellantis se suma así al resto de compañías de Automoción que se han visto obligadas a suspender su actividad como consecuencia – en la mayoría de los casos- de la escasez de componentes, aunque también como una forma de condenar la invasión de Ucrania por parte de Rusia – razón esgrimida por el fabricante checo Skoda-.
La decisión de Stellantis llega días después de que Mitsubishi Motors anunciara la paralización del suministro de piezas y exportaciones de vehículos al país que dirige Vladimir Putin, y también, la producción en Kaluga debido, de nuevo, a los problemas logísticos encontrados.
Situada a 150 kilómetros al sudeste de Moscú, Kaluga se ha convertido en el polo industrial del mercado del automóvil en Rusia. Actualmente, 11 de las 14 fábricas internacionales presentes en la ciudad se hallan cerradas, entre ellas las plantas de Volvo Trucks y Volkswagen.
En la fábrica de Kaluga, Stellantis elabora los vehículos comerciales Citroën Jumpy, Peugeot Expert y Opel Vivaro, que exporta a países de Europa Occidental desde comienzos de año. La invasión rusa ha paralizado los planes de la compañía en expandir las capacidades de dicha planta para suministrar motores y vehículos a Latinoamérica y Norte de África.