La globalización ha convertido a los aeropuertos en auténticas ciudades habitada por una población que puede segmentarse en audiencias exclusivas y muy diferenciadas. El estudio de JCDecaux se centra en los pasajeros frecuentes (heavy users) que pasan al menos tres horas de viaje en los diferentes aeropuertos internacionales y cuyos ingresos medios están un 30% por encima de la media de la población local. La primera conclusión es que se trata de unos consumidores muy abiertos y proclives a la publicidad: al 85% les gusta ver anuncios en los aeropuertos.
El campo aeroportuario crea, por tanto, una predisposición positiva hacia la comunicación de marca. De hecho, al 75% de los viajeros frecuentes les gusta mirar las tiendas, los stands y la publicidad. Después de sentarse y relajarse, la segunda actividad de la que más se disfruta en los aeropuertos es ir de compras (78%). Tanto que un 69% de los entrevistados confiesa hacer compras por impulso, mientras que un 86% opina que los aeropuertos son un buen lugar para probar nuevas marcas y productos.
Por otro lado, el 67% de los pasajeros frecuentes espera verse acompañado por marcas internacionales durante sus tiempos de espera.
Los resultados del estudio muestran que la publicidad en los aeropuertos otorga a la marca estatus internacional, prestigio y poder. “Para las marcas de lujo, la proximidad entre la comunicación de la marca y las tiendas es importante: esto es lo que los aeropuertos pueden ofrecer”, señala Jean-Marc Lacave, presidente de LVMH Watch & Jewellery.
Por otro lado, los pasajeros también expresan un deseo de mayor interacción con la publicidad en los aeropuertos. El 65% confiesa sentirse impactado por los soportes digitales gracias a su carácter cambiante. Al 83% les gustaría que hubiera más pantallas interactivas. Así mismo, el 61% querría descargar ofertas y cupones de descuento directamente con su teléfono.