La 28 edición del Seminario de Televisión se celebrará en Cádiz del 15 al 17 de febrero.
La oferta televisiva de 2001, las estrategias de gestión de los grupos europeos de televisión, los nuevos hábitos de consumo, el éxodo de las grandes audiencias, las tres pantallas, la medición, los GRP, los OTS, la afinidad, la cobertura, el mix de medios…, son algunos de los temas que se tratarán en la próxima edición del seminario.
A finales de febrero se celebra la 28 edición del Seminario de Televisión de Aedemo. ¿Cuáles son los puntos fuertes del programa?
A lo largo del día y medio que dura este nuevo Seminario de TV se van a revisar y actualizar las mejores contribuciones de la investigación y de la publicidad, que serán presentadas por los mejores profesionales de los medios, institutos, agencias… Las dos guindas que coronan estos análisis son las dos mesas redondas, que se celebran el jueves y el viernes; mientras que en la del jueves se reflexionará sobre la llamada otra televisión, la del viernes cuenta con los pesos pesados de la televisión actual.
La televisión es un medio en constante desarrollo: avances tecnológicos, fusiones, nuevas leyes, etc. ¿Cómo describiría el panorama actual de la televisión en España?
Efectivamente, este medio –que hay quien lo quiere ver como obsoleto y pesado– está en permanente trasformación. En realidad lo que trata de hacer, y en mi opinión consigue, es adecuarse a las trasformaciones de la sociedad y los hábitos audiovisuales de sus ciudadanos. Pero en estos momentos esta somera descripción se queda corta. Estamos asintiendo a un verdadero terremoto audiovisual en todos los terrenos, ya sean tecnológicos, de consumo, de hábitos, etc. Aún estamos dentro de la onda que todo lo mueve. De pocos medios a muchos, quizás excesivos, y de ahí a menos, pero diferentes. Nada es como lo preveíamos; todo es diferente.
¿Cómo será la televisión del futuro? ¿Vamos hacia el televisor conectado y la programación a la carta? ¿Dónde encaja la publicidad en este escenario?
Si predecir el futuro siempre conlleva muchos riesgos, en la actual situación sería de un atrevimiento excesivo. Por tanto, dentro de los parámetros de la tan necesaria prudencia, podríamos decir que el papel del consumidor –en las nuevas generaciones de ciudadanos, fundamentalmente– es cada vez más activo; es multitarea. Este hecho parece que no tiene vuelta atrás y que se va acentuando con el tiempo. Obviamente, detrás de ello esta la tecnología que cada vez nos resulta más próxima, pero, en paralelo, también el televisor parece más activo, más lleno de tecnología. La mal llamada caja tonta ha dejado de serlo (bueno, nunca lo fue). En definitiva, parece que el consumidor elegirá los contenidos que prefiera en un dispositivo (televisor o como le llamemos) altamente tecnológico.
Como siempre ha hecho, la publicidad irá adaptándose a este nuevo escenario, con el sigilo que la caracteriza y mantendrá la presencia necesaria. La necesidad de nuevas formas publicitarias no es algo que resulte extraño al medio.
¿Se han perdido para siempre las grandes audiencias?
Estamos viviendo un escenario que varia la amplísima oferta de meses anteriores, hacia una cierta concentración de grupos, pero manteniendo una oferta, digamos, targerizada (perdón por el palabro). En este sentido, la respuesta sería que sólo en contadas ocasiones vamos a conseguir grandes audiencias; que lo habitual será una audiencia fragmentada. Únicamente fenómenos puntuales (retransmisiones de la selección española de fútbol, por ejemplo) harán que se unan en una única cadena millones de españoles a la vez.
Aun así, los espectadores no desaparecen. Es más, el directo en sentido amplio, es decir, disfrutar del estreno de un capítulo de ficción al igual que mucha otra gente que no vemos pero que sabemos que está ahí como nosotros, tiene algo que perdurará a pesar de todo.
¿De qué manera los institutos de investigación están incorporando en sus planteamientos de medición el nuevo contexto multimedia y multipantalla?
Los institutos avanzan en este sentido como lo hace el medio multimedia, es decir, a toda máquina. Eso sí, primero se mueve el medio, la sociedad, los hábitos e, inmediatamente detrás, la medición. Es cierto que a todos nos gustaría que este proceso fuera continuo, que no tuviera tantos saltos, pero en realidad vamos todo lo rápido que podemos. Dentro de poco de tiempo conoceremos con exactitud esta nueva medida.
¿Además de la audiencia y el consumo televisivo, se mide también la eficacia publicitaria? ¿Qué se está haciendo en esta línea?
Este es un aspecto que siempre nos ha preocupado mucho en todas las ediciones del Seminario de Televisión de Aedemo. Los institutos, los anunciantes, las agencias y el propio medio están muy interesados en conseguir que el mensaje llegue bien al espectador. En esto siempre hemos sido muy exigentes. Y estamos tan interesados que, sí, también en el seminario de Cádiz hablaremos de ello.