El litigio ha concluido y se cierra así una larga y dolorosa historia para sus principales protagonistas. Fue en marzo de 2008 cuando ZenithMedia (Grupo Publicis) anuncia el inicio de acciones legales contra Ymedia, la agencia de medios puesta en marcha a finales de 2006 por José María Casero y Jaime López-Francos, ex presidente de Grupo Publicis y ex director general de ZenithMedia Madrid, respectivamente.
En su demanda, ZenithMedia acusaba a Ymedia por la “realización de actos prohibidos por la Ley de Competencia desleal”, argumentando que la compañía creada por su ex ejecutivos había comenzado a operar “llevándose” gran parte de su cartera de clientes, como ING Direct, Grupo SOS (Cuétara, Koipe y Carbonell), Pastas Gallo y Ya.com.
Públicamente, la multinacional anunció que tomaba dichas medidas “con el objetivo de defender los intereses legítimos de la compañía en España, los de sus clientes y sus profesionales”, ya que entendía que “la sociedad Ymedia había llevado a cabo políticas desleales de captación de clientes y profesionales procedentes de ZenithMedia”.
En un comunicado enviado en su momento a la prensa del sector, ZenithMedia también consideraba que Ymedia y sus principales directivos (anteriores gestores de ZenithMedia) habían lesionado gravemente los intereses de la compañía y que por ello solicitaban el amparo de la justicia, “para que cesen esas actuaciones de inmediato y se resarzan los daños producidos hasta la fecha”.
La respuesta de Ymedia no se hizo esperar en boca de José María Casero, presidente de la nueva agencia, que declaraba: “Estamos muy tranquilos. Hemos sido honestos en nuestros planteamientos y en el proceder respecto a nuestra anterior empresa, a la que respeto y admiro. No obstante hay que recordar que los clientes actúan con total libertad y no siguen los logotipos ni las enseñas, sino la calidad del servicio que se les presta. Lo mismo ocurre con los profesionales. Son libres para decidir su futuro profesional y por eso hay que saber mantenerlos motivados. Esta reacción por parte de ZenithMedia, desproporcionada e injustificada, nos lleva a pensar que siguen sin aceptar una decisión que tomé en base a mi sentido profesional y el nacimiento de este proyecto al que se han unido otros profesionales”.
Una ruptura por orgullo
Después de 25 años en ZenithMedia, compañía de la que había sido uno de los fundadores, José María Casero, con 62 años, abandonaba la agencia e iniciaba una nueva aventura profesional. Fue una de las noticias más sorprendentes del año 2006.
En una entrevista concedida a IPMARK en julio de 2008, Casero declaraba: “No he hecho nada desleal ni mucho menos ilegal. Nunca tuve ningún pacto que me impidiera hacer nada, ni tuve ninguna compensación por la compañía. Me fui con las manos vacías. Me he sentido desilusionado con el Grupo. Creo que durante muchos años mi equipo y yo hemos hecho más por ZenithMedia que los propios accionistas, pues, incluso hasta el último año, el 90% de los ingresos procedían de los clientes de España. Hemos sentido la agencia como nuestra. La mayor satisfacción es haber dejado una compañía más fuerte que nunca, con una facturación récord y un equipo fantástico. Y creo haber ayudado mucho también a Optimedia durante estos últimos años. Solo deseo lo mejor para ZenithMedia, que es parte de mi vida y siempre la consideré mi compañía, aunque no tuviese acciones. Y donde tengo muchos buenos amigos”.
A la pregunta de por qué se había marchado de la compañía, Casero explicaba que cuando le nombraron presidente de Publicis Media Group (PMG), la nueva superestructura que englobaba a ZenithOptimedia y Starcom MediaVest, la única condición que puso era tener plenos poderes, porque, si no, era imposible asumir las responsabilidades que le exigían. “Cuando comprobé que no me respaldaban, me vi en una situación muy incómoda, una situación insostenible, y me hice a la idea de que era imposible continuar. En última instancia, como única solución para resolver la situación, hice una oferta de compra de activos de Zenith, para crear dentro del grupo una nueva unidad de negocio de mayor valor añadido, que la compañía rechazó. Y no tuve otra salida. Los últimos meses en Zenith fueron muy duros. Había varios finales previstos en el guión, pero éste no estaba. Pero si tengo una virtud es la capacidad de adaptación. La vida viene con cosas buenas y malas, y lo que hay que hacer es afrontar las malas y luchar. Me fui no por cuestión de poder, ni de dinero, sino de orgullo, de estar a gusto conmigo mismo”.
Sobre la acusación de llevarse gran parte de los clientes de ZenithMedia a su nueva agencia, el presidente de Ymedia afirmaba que no era extraño que algunas personas con las que había trabajado durante muchos años, que se habían identificado con su filosofía y su estilo durante muchos años, se sintieran próximos al proyecto. “No hemos forzado ninguna máquina. Pero, en cuanto a los anunciantes, ha habido concursos y escrutinios severos del proyecto, que han dado lugar a mejoras de calidad y de condiciones. Y en cuanto al equipo, se puede decir lo mismo. Algunos han renunciado a bonus y a antigüedades para unirse a Ymedia. Pero eso fue al principio; ahora hay muchos clientes y muchos profesionales que no tienen nada que ver con ZenithMedia”.