La valla mide más de 18 metros y está cubierta de plantas de té de Fukien, planta conocida en occidente como Carmona.
Las 3.600 plantas que la componen han sido sembradas en macetas hechas con botes viejos de Coca-Cola, modificados para permitir que tengan suficiente materia orgánica y puedan crecer en todas las direcciones.
Según el botánico Anthony Gao, que ha colaborado con Coca-Cola y la ong WWF en la puesta en práctica de la idea, la valla puede reducir la polución en las áreas cercanas ya que tiene una capacidad de absorción de 21.200 kilos de dióxido de carbono.
El objetivo de esta acción conjunta es concienciar y animar a los consumidores filipinos a cuidar su medio ambiente.