Nunca un premio había significado tanto para Muntañola, según nos cuentan desde la agencia. Esta vez, la prioridad no fue obtener los máximos niveles de notoriedad y engagement, o sorprender con un ejercicio creativo explosivo y movilizador. No. Esta vez el objetivo consistió en invertir en ingenio para llevar a cabo un ejercicio de compromiso, de honestidad y valentía.
La campaña tenía un objetivo aparentemente sencillo: que todos se preguntaran cómo se sentían tras haber vivido los meses más difíciles de la pandemia. Una pregunta que, sin embargo, todos rehuimos responder por el tabú que envuelve la salud mental y el miedo a las consecuencias del estigma. Un factor clave que impide pedir ayuda cuando la necesitamos, agravando la situación.
Para conseguirlo pusieron su #MétodoM en marcha para comprender cómo podían conectar con los insights de los distintos públicos mediante un enfoque que los situara en el centro, 100% user centric. Así, y mediante la colaboración estrecha entre agencia y cliente, se construyó una estrategia, creatividad y activación de campaña vinculada a todas las fases del funnel.
Si a ello sumamos la posibilidad de optimizar la campaña en tiempo real gracias a las herramientas de monitorización y analítica avanzada de Sekuenz –digital partners de Muntañola–, obtenemos un cuadro de resultados globales que no solo ofrecen datos cualitativos sobre la efectividad de la campaña, sino que también facilitan la toma de decisiones basada en el aprendizaje. Ahora, responder “¿Qué ha pasado? ¿Cómo ha ido? y ¿Qué hacer? es más fácil que nunca.
Así es como obtuvieron 26M de impactos en la que ha sido la campaña más exitosa de Obertament hasta la fecha. Con una ratio de conversión de hasta el 113% en medios digitales y una participación directa de 420 personas, la notoriedad, el engagement y la creatividad fueron el resultado, y no el punto de partida del proyecto.
Como les gusta decir en Muntañola, una historia más con final feliz.