En el periodo 2007-2010, empresas y medios hemos tenido que tomar más decisiones y más rápido que en los 10 años anteriores. Todas las partes implicadas: anunciantes, centrales, agencias, y medios estamos en estos momentos replanteando nuestros modelos de gestión.
Las nuevas tecnologías son la primera causa de ello, pero no la única.
A la revolución de Internet se ha sumado el nuevo modelo de televisión digital y la fragmentación de las audiencias con los canales temáticos. También el boom de las nuevas pantallas, los medios digitales y las redes sociales, pero sobre todo un nuevo consumidor, espectador, oyente, lector mucho más critico, mucho más informado y mucho más exigente que nunca.
Y todo eso en un momento de crisis económica mundial. La caída del consumo, la crisis de Japón, la desconfianza en dirigentes y políticos, el índice de paro, el auge de las marcas blancas y el malestar general no parecen indicar que, a corto plazo, la situación vaya a mejorar.
Las marcas están perdiendo audiencia, porque los medios están perdiendo audiencia. La fragmentación de las cadenas, la pérdida de cobertura, la subida de precio de los GRP y la irrupción de los nuevos medios, hacen que sea cada vez más difícil y más caro llegar al consumidor de una forma efectiva.
En este escenario, es fundamental conseguir que el consumidor recupere la confianza. La confianza en las empresas, en los productos, en los servicios, en los mensajes, y en los medios.
Hace solo unas semanas que he asumido la responsabilidad de representar desde la presidencia de ARI a todos los editores de revistas. No es una tarea fácil. De hecho es un momento especialmente complicado, y la reflexión es, en este entorno, ¿cuál es el papel de las revistas?
Las revistas no han perdido audiencia. El 52% de los españoles leen revistas, son más de 21 millones de lectores. De hecho son 2,4 millones de lectores más que hace cinco años. Cada lector dedica entre 30 y 40 minutos a su revista cada vez que la lee, y suele releerla varias veces, 2,8 en promedio. Además, los lectores de revistas no se conforman con leer una sola cabecera, leen una media de tres revistas diferentes.
Las revistas son el medio de mayor implicación para el lector, también son el medio con mayor poder prescriptor. El acto de leer una revista no es casual, lo preceden la voluntad de informarse sobre una temática y la elección de una cabecera. Los lectores se sienten identificados con su revista, la vinculación emocional con la cabecera es muy alta, la eligen cada mes y además pagan por ella.
Las revistas ofrecen audiencia, especialización, excelencia editorial, y eficacia.
Pero anunciantes y lectores nos están exigiendo más: innovación, nuevos formatos, creatividad y
flexibilidad. Debemos ser capaces de ofrecer contenidos relevantes, debemos despertar las emociones de los lectores, debemos informar y sorprender, debemos aportar valor, pero sobre todo debemos escuchar.
En resumen, debemos ser capaces de responder a sus demandas.
(*) Juan Manuel Rodrigo es presidente de la Asociación de Revistas de Información (ARI).