En el panorama de los comunicadores asociados al medio televisión hay una figura que desde sus inicios como profesional del periodismo ha estado vinculada a este medio con diversos cargos de responsabilidad, se trata de Manuel Campo Vidal, toda una vida dedicada a la televisión, a quien entrevistamos para que nos explique su punto de vista como profesional y como presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Televisión.
Como presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Televisión, ¿nos puede comentar las actividades de la institución? ¿Qué objetivos tiene?
La Academia es una institución creada hace catorce años y que tiene dos áreas, dos tipos de asociado, por un lado están los profesionales de todas las especialidades del negocio televisivo, como los periodistas, realizadores, productores, guionistas, directivos de cualquier especialidad, etc.; y por otra parte, la industria emisora. Por lo tanto, representados en la junta directiva, por elección, están los que determinan los académicos en sus votaciones y en el consejo está representada la junta y, al mismo tiempo, un representante de cada una de las televisiones asociadas a la Academia, el representante de Antena3, el de Televisión Española, los de las autonómicas, los de las plataformas digitales, Sogecable, Cuatro, etc.
En estos momentos en el patronato de la Academia estamos alcanzando acuerdos para que esté representada la industria de la producción del software, del hardware y de los contenidos digitales. Con esos tres planos de representación, la Academia, profesionales e industrias de los contenidos, emisoras e industria de la electrónica y de la informática, imprescindible para que la televisión sea una realidad, esta organización sin ánimo de lucro representará plena e integralmente al sector.
¿Cómo se ven desde la Academia los cambios producidos por el apagón analógico y el nuevo régimen de financiación de Televisión Española?
El apagón analógico estaba previsto, lo que quizá no se ha comprendido es que toda esa transformación desde el punto de vista de la tecnología o de la fragmentación de las audiencias, no ha terminado. Esto ha traído una multiplicidad de canales, una fragmentación de las audiencias y un desconcierto del mercado publicitario. Coincidieron varios elementos con el apagón analógico, como la supresión de un día para otro y sin gradualidad ninguna, como hubiera sido deseable, de la publicidad en Televisión Española y la aparición de la nueva ley audiovisual. El mundo audiovisual en nuestro país se encuentra en una transición muy profunda y que además coincide con la crisis económica, en consecuencia, en condiciones más bien severas.
Creo que la Ley General de la Comunicación Audiovisual era una ley esperada, en la que se ha dialogado poco con los actores reales. Desde la Academia de Televisión, hemos reclamado ese diálogo y manifestado que probablemente la ley hubiera podido ser mejor y, sobre todo, hubiera generado un mayor consenso entre quienes después tienen que aplicarla o ser objeto de control por parte de ella.
¿Cómo cree que influencia la atomización de la audiencia y los canales TDT de pago al anunciante y a la propia generación de contenidos por parte de las cadenas? ¿Habrá más televisión de pago o seguiremos con el modelo actual?
Es evidente que la TDT de pago tenía que aparecer porque no hay dinero suficiente para pagar la cantidad de televisiones que hay en este país. Aquí ha habido una proliferación de licencias por parte de todos los gobiernos, de cualquier partido político. Han repartido licencias en exceso, hasta el punto de poner en riesgo la viabilidad del mercado y del modelo de negocio. Creo que el mercado serenará el furor concesional que afectó a los responsables de distintos gobiernos en el momento de conceder las licencias y que, por otra parte, la recuperación de las frecuencias permitirá fortalecer la parte del espectro radioeléctrico que podrá ser utilizado con otros fines, véase la televisión de alta definición u otros.
Se han producido una serie de fusiones que se han alargado, desde su comunicación, más de lo esperado en el tiempo y, además, han provocado la desaparición de algún canal. ¿Nos puede dar su punto de vista sobre estas fusiones y el futuro de los nuevos grupos?
Una cosa es el motor tecnológico que agita el mapa de la comunicación, en consecuencia, que hace que donde había un canal, ahora con la digitalización quepan cuatro o más; y otra cosa es el proceso económico de fusiones entre las empresas. Yo creo que la rápida, la drástica reducción de la tarta publicitaria como consecuencia de la crisis económica ha forzado a que algunas empresas estén tratando de fusionarse con otras para tener una mejor defensa ante los avatares del mercado. Es verdad que ha habido, sobre todo, la desaparición de un canal que ha dolido especialmente a la audiencia y lo ha manifestado tanto como ha podido, el canal CNN+. De todos modos, también me gustaría referirme a los datos exactos. Ese canal no desaparece como consecuencia de ninguna fusión, no es sustituido por otro, como se ha dicho, como consecuencia de esa fusión. Es simplemente la empresa emisora, en este caso el grupo PRISA, quien toma la determinación ante la entrada en su propio accionariado de un grupo inversor, el grupo Liberty, como sabemos, de prescindir de algunos activos y de algunas operaciones, entre ellas la de CNN+. He leído, incluso escuchado muy recientemente a personas con responsabilidad en los medios de comunicación o las organizaciones de periodistas en España, que relacionan directamente la desaparición de CNN+ con la aparición del canal que está emitiendo en este momento en esa frecuencia, con una relación de causa-efecto. Y yo quiero decir la verdad, la verdad es que, por una parte, una empresa toma la determinación de cesar la emisión, y, por otra parte, otra empresa, aunque luego se fusionen, es la que toma la determinación de ocupar esa frecuencia, con un canal probablemente con un coste muy bajo.
¿Cuáles serán las repercusiones para el mundo de la publicidad y para las agencias de medios, que como apuntaba antes, se están volviendo un poco locas con el nuevo panorama?
Parece evidente que hoy ser director de marketing y trabajar en una agencia de publicidad, a la hora de asignar la publicidad a los distintos medios, es bastante más complejo que hace unos años. Nada que ver cuando yo presentaba el telediario de Televisión Española, antes de que llegaran las privadas, que me llamaba un amigo de una agencia de publicidad y me decía: “Oye, tú que estás en televisión, mira a ver si, por favor, para el paquete de Navidad puede entrar mi anuncio, que está todo ya saturado”.
¿Nos puede hacer un apunte de su programa Los anuncios de tu vida?
Tengo una grata respuesta de la audiencia. Desde el punto de vista cuantitativo, porque nunca, a pesar de la hora de emisión, lo ha visto menos de un millón y medio de personas, lo ven un millón seiscientas, y de ahí para arriba. Y desde el punto de vista cualitativo, por la cantidad de correos e informaciones que recibimos de muchos ciudadanos, y muchos muy cualificados, como que lo llevan para utilizarlo en sus propias clases para que los alumnos entiendan el país que teníamos. Ése era el objetivo, tratar de explicar la transformación de España a través de algo tan sensible, tan brillante y tan atractivo como son los anuncios publicitarios.
Yo creo que ha cumplido los objetivos ampliamente, nos ha llenado de satisfacción que la audiencia así lo aprecie, porque se trataba de mantener un fondo de rigor en el análisis sociológico y una presentación atractiva como corresponde a una cadena que tiene unas cifras de audiencia altas y que es líder, como es La 1.
Toda una vida dedicada a la televisión
Manuel Campo Vidal es doctor en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, licenciado en Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona e Ingeniero Técnico en Electrónica Industrial en la Politécnica de Cataluña.
Entre otras tareas presentó informativos en TVE 1 de 1983 a 1986, dirigió el programa Hora 25 de la Cadena Ser de 1987 a 1991, fue nombrado director de Antena 3 TV en 1992, y en 1995, vicepresidente, puesto en el que permaneció hasta 1997.
Creó y fue presidente del Canal Internacional de Antena 3 TV y después del programa Generación XXI, dedicado a promover los emprendedores en distintas televisiones españolas.
En la actualidad es presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Televisión en España.
También dirige y es profesor del Instituto de Comunicación Empresarial y desde octubre de 2009 es director de la cátedra Comunicación Profesional y Empresarial de la Universidad Europea de Madrid.
Marcó uno de sus hitos cuando negoció y moderó en 1993 el primer debate electoral televisado entre José María Aznar y Felipe González.
Juan Manuel Urraca