Decisiones

Más que nunca, lo que importa es que funcione. Para ello debes afrontar unas cuantas elecciones y el resultado se

Más que nunca, lo que importa es que funcione. Para ello debes afrontar unas cuantas elecciones y el resultado se verá muy condicionado por las pequeñas decisiones que tomes.

Puedes decir mucho y que no se entienda nada, puedes no decir nada y llegar a contarlo todo. Puedes hacer una producción sublime en muy pocos segundos o mostrar una sucesión de planos y más planos en un minuto y medio. Puedes poner tanto cariño en el casting que te sientas identificado desde el segundo uno, o conformarte y que deje de tener credibilidad toda la película por un acting más propio de un programa de humor. Puedes dedicar el mismo esfuerzo a encontrar una música que te haga emocionarte con cada plano y situación como si tú mismo estuvieras dentro, o no poner ningún cariño creyendo que las infografías ya serán un fuego artificial suficientemente espectacular como para elevar la producción. Puedes hacerlo cámara en mano aportando realismo y cercanía o tirar de estudio creando una atmósfera impersonal y anodina. Puedes viajar por el tiempo gracias a la iluminación o…

Todas estas son pequeñas decisiones que hacen que China (Ambilamp) haya creado una pieza maravillosa en la que inmediatamente te conciencias y te implicas, o, como en el caso de la pieza de Garcia (Chiesi), que simplemente se quede en algo más a lo que dejas de prestar atención desde el segundo plano y que no cumpla su objetivo, independientemente de que el mensaje sea mucho más relevante.

Todas las decisiones que tomas te llevan a alguna parte, algo que maravillosamente nos recuerda Jim Beam y Dante Ariola con una de esas piezas que uno simplemente desea verla, enviarla, compartirla, debatirla, admirarla y, si tienes un huequito, volver a verla. Todo en ella roza la perfección, desde la fotografía, hasta la elección de Willem Dafoe (sin duda, él soporta ya por sí mismo toda la película), desde la música hasta la caracterización, desde los planos y detalles medidos, hasta…

Qué pocas veces uno, tras un minuto y medio, se queda con ganas de más. Para, se pone un té, la pone de nuevo a pantalla completa en HD y la admira de nuevo. Al acabar te giras y ves que detrás de ti se han juntado cuatro o cinco compañeros que te piden que por favor, le des al play una vez más.

Uno no puede evitar repasar, durante unos minutos, todas esas decisiones que tuvimos que tomar, todas aquellas que pudieron cambiar nuestra vida. Incluso todas aquellas que tomamos en nuestro trabajo y que quizás, ahora dediquemos unos momentos más a la hora de decidirnos cuando afrontemos un brief.