“Daniel Solana no defraudó. Habló sobre lo que le preocupa, y debería preocuparnos a todos, el futuro de la comunicación, y para ello se metió en todos los campos que consideró necesario”. De esta forma comenzaba la crónica sobre la conferencia que dio Solana el año pasado en San Sebastián [AQUÍ], y de este modo podría comenzar perfectamente la de este año.
La coincidencia no se debe a un déjà vu, sino a que el libro recoge el discurso que Solana ha elaborado estos últimos años, y cuya génesis se halla en fenómenos aparentemente inconexos que han dibujado un nuevo paradigma de la publicidad. Fenómenos como la evolución “violenta y fascinante” de Internet; la preponderancia de la persona como eje central de la comunicación; la enorme capacidad de propagación de de “esos pequeños vídeos” que la gente rodaba con su cámara y colgaba en la Red, y que al cabo de poco tiempo se conocían en todo el mundo; la irrupción de la tecnología en todos los ámbitos de la vida; la torpeza o incapacidad para sacar rendimiento publicitario al móvil; la confusión creciente entre disciplinas, categorías y medios; la participación como elemento clave de la experiencia publicitaria, etcétera.
Una sucesión de fenómenos que llevaron al autor a afirmar: “Nos encontramos ante una nueva cultura: “O a lo mejor no tan nueva, porque ya estaba allí, pero sí ante una nueva forma de actuar. Y eso me parece muy importante, y no sé hasta qué punto nos preocupa”.
”Sinceramente, cojonudo”
Durante la presentación, Solana estuvo acompañado por un grupo de colegas que compartieron con el público sus opiniones sobre el libro y los efectos que éste había tenido sobre su visión del negocio. Ángel Riesgo, presidente ejecutivo de DDB Madrid, Toni Segarra, director creativo y fundador de SCPF, David Segura, director general de Group M, César García, director creativo y fundador de Bob, y Antonio Traugott, director general del IAB.
Ángel Riesgo dijo que se trataba de un libro extraordinario: “He leído casi todo lo que se ha escrito sobre publicidad, y este libro es el que más me ha impactado. Me ha hecho pensar mucho”.
David Segura fue más gráfico: “Es, sinceramente, cojonudo. Me ha hecho cuestionármelo todo”.
Y todos coincidieron en que Internet ha transformado, si no arrasado, el oficio, tal y como se conocía y se venía desempeñando hasta hace unos años. Toni Segarra lo resumió en una frase: “Vivíamos en un mundo feliz que Internet se ha encargado de destruir”.
Conclusión
Solana cerró el debate con una invitación a la acción: “Tenemos que disfrutar el momento que vivimos. Estamos en los inicios de todo, de definir los medios, los formatos, los nuevos territorios…, de crear las agencias del futuro, los procesos del futuro… Son momentos de cambio maravillosos. ¿Por qué no utilizamos nuestro talento, que hay mucho en el sector, para refundar nuestro negocio?”.
Los tres estados de la postpublicidad
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