En el mismo acto se entregaron los premios Academia Joven, patrocinados por la Agencia Tactics Europe a tres trabajos (primer premio y dos accesits) que un jurado especial designó como ganadores.
Fueron las dos partes de un acto, serio y académico al tiempo que emotivo y cariñoso, y luego distendido y alegre como toda celebración profesional requiere.
Dos caminos que definen mejor que ninguna declaración estatutaria, formal y solemne, dos de los objetivos –profesionales siempre y además complementarios– que la Academia de la Publicidad quiere alcanzar: reconocer y destacar los nombres y las enseñanzas de quienes han sido excelentes maestros de la profesión (la comunicación comercial en su más amplio sentido); e identificar y premiar también a los jóvenes, estudiantes o profesionales junior, que serán un día los nuevos líderes de la misma.
UNA ASOCIACIÓN NUEVA. El acta fundacional de la Academia de la Publicidad se firmó (y su presentación en el registro del Ministerio del Interior se hizo) en abril de 2008. Y la primera Asamblea General (que eligió Junta Directiva y Jurado) se celebró en junio de 2009.
Es una Asociación sin ánimo de lucro, libre y abierta, a título individual, a todos los profesionales de la comunicación comercial (publicidad, relaciones públicas, interactiva, directores de comunicación, profesores…), cualquiera que sea el lugar y puesto en el que trabajen (agencias, medios, anunciantes, instituciones, facultades y escuelas…), a los que sólo se les exige cinco años de experiencia. Y admite dos tipos de socios: de número y colectivos (estos siempre representados por un profesional).
¿ERA NECESARIA OTRA ASOCIACIÓN? Pensábamos que sí. En algunos países existe. La inspiración más directa es el Hall of Fame norteamericano, con algunos cambios que vienen orientados por el nombre de academia. La buena acogida manifestada en esa ceremonia de entrega de trofeos a los Miembros de Honor de 2009, y de los premios Academia Joven, nos confirma las expectativas.
Es verdad que hay en nuestro país muchas asociaciones profesionales, (aunque se asuma como un hecho contrastado que no somos, en este campo de la publicidad y la comunicación comercial, muy partidarios de las asociaciones). Contamos desde luego con un buen número de ellas. Las hay de agencias, de medios, de anunciantes, de directores de comunicación, interactivas, de relaciones públicas, de titulados, de investigadores de mercado, colegios profesionales… Las hay locales, autonómicas, nacionales, internacionales. En su gran mayoría persiguen intereses de grupo (creativos), o de sector (agencias, medios, anunciantes), de autonomías… Defienden intereses (legítimos y necesarios siempre) de su grupo, su sector o negocio, que, en alguna medida, podría decirse que son limitados porque en muchos casos resultan excluyentes.
Son menos los casos de asociaciones que defiendan interesen generales, que importen a todos los profesionales, que sí es el caso de la Academia de la Publicidad, respecto a la actividad de la comunicación comercial (un campo cada día más amplio). En ésta, los profesionales se representan a sí mismos, y han de hablar de sus preocupaciones por el oficio más que por el negocio, con lo que evitamos competir con otras asociaciones y en todo caso podremos colaborar con ellas. La Academia de la Publicidad pretende dar relieve al principal patrimonio de nuestra ocupación: los mejores profesionales que han hecho y hacen avanzar la profesión y la hacen respetable, al tiempo que busca la excelencia y el progreso para el futuro atendiendo a los jóvenes que se preparan para coger el relevo. Hay que sacar las lecciones de la historia, y la historia la hacen las personas, grupos de personas, entre las que a veces destaca un líder, un aglutinador, un maestro en algo.
La Academia de la Publicidad es una asociación más, sí, pero creemos que es bueno que exista. Sólo cabe esperar que funcione bien por mucho tiempo, que las buenas ideas, todas las ideas, sólo se manifiestan útiles en la práctica.
(*) Julián Bravo es presidente de la Academia de la Publicidad.