Uno de los indicadores que refleja la dinamización del sector de la automoción, al menos en Estados Unidos, es que cerca del 70% de los encuestados el pasado año no estaban interesados en trabajar en la industria automovilística, mientras que en esta edición el porcentaje se ha reducido hasta el 50%.
Sin embargo, la crisis sigue marcando la percepción de los jóvenes conductores. Factores como precio y consumo de combustible han desbancado a la seguridad como determinantes en la decisión de compra. En el mismo sentido, casi 2 de cada 3 jóvenes encuestados se muestra más dispuesto a comprar un coche usado que uno nuevo.
Más de la mitad de los entrevistados optarían por un coche fabricado en Estados Unidos. El origen del vehículo pesa más que la propia marca y uno de cada tres encuestados piensa que en los próximos cinco años conducirá un todoterreno de gran cilindrada.
Por otro lado, se consolida la disposición a pagar más (64%) por coches menos nocivos para el medio ambiente o que supongan un ahorro energético.
Otro de los puntos interesantes de la encuesta se refiere a Internet como herramienta de búsqueda y compra de vehículos. A pesar de su popularidad, las redes sociales y los blogs no llegan a influir a los jóvenes estadounidenses en sus decisiones de compra. Cerca del 60% de los encuestados no busca consejo ni información en este tipo de foros. Prefieren los propios sites de los fabricantes, si bien evitarían en lo posible la visita a un concesionario y la negociación directa del precio con los vendedores.