Obtención de datos. Los datos pueden provenir de diversas fuentes: recopilados en una acción anterior (cupones, registros de llamadas, ventas); por adquisición de una base de datos; o generados en otra acción específicamente diseñada para cumplir el objetivo.
Tratamiento de los datos. Tan importante como la obtención es el tratamiento de los datos. Este proceso prepara las bases de lo que será la gestión diaria de la información, abriendo “históricos” de los parámetros que modelizarán las relaciones con el cliente: contactos mantenidos, campañas a él dirigidas, comportamiento de compra y segmentación por valor, prioridad o riesgo para la compañía.
Gestión de los datos. Una vez obtenidos y tratados los datos, ya se pueden gestionar mediante procesos analíticos en OLAP o data mining, que permiten extraer información válida de los mismos para analizar la eficiencia de las campañas que se estén llevando a cabo.
Retroalimentación. Todos estos procesos forman parte del ciclo de retroalimentación que, durante el tiempo que requiera el cumplimiento de los objetivos, mantendrá vivo el conocimiento que rentabilizará la relación entre la empresa y el cliente, garantizando información recuperable para acciones futuras.
Análisis de la información. La extracción de conocimiento no es un proceso lineal ni finito, ya que puede haber cambios en el entorno que pueden hacer obsoleta la información que sirvió de partida. El objeto del análisis es producir, constantemente, nuevo conocimiento sobre el que poder actuar y que nos informará sobre tendencias y comportamientos.
Miguel Ángel Gago es director de marketing
de Actions Data