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Audiovisual es Internet. Otro dato interesante es comprobar que los grandes premios de cine y televisión son ya de forma habitual piezas de Internet: desde el sombra aquí, sombra allá (el maquillaje Evolution de Dove), al gorila de Cadbury y las batallas de videojuegos, hasta el atraco a las 3 de Philips que ganó este año. El riesgo y la agresividad creativa puede ser mucho mayor en la red, con la ventaja evidente de sus mínimos o nulos costes de emisión, que permiten colgar películas más largas y desarrolladas sin necesidad de hacer versiones festivaleras. Ya las películas de BMW dieron un serio aviso, y como todo siga así quizás habrá que dividir la categoría audiovisual en spots de cine y televisión, y películas de Internet. En España todo empezó con Amo a Laura, pero no debemos perder de vista que el nuevo gran Premio de Shackleton tuvo su mayor desarrollo en Internet, con ese pueblo donde nunca pasaba nada